A 11 años de su fallecimiento, Miguel Calero es recordado por la afición de los Tuzos del Pachuca, debido a su estatus como ídolo de propios y extraños, debido a sus espectaculares atajadas e incluso a sus goles.
Calero llegó al futbol mexicano, a los Tuzos del Pachuca, proveniente del Atlético Nacional, donde se convirtió en una pieza fundamental para que hoy Pachuca sea una organización deportiva exitosa y un modelo de negocio, ejemplo para muchos otros clubes.
El cancerbero colombiano es considerado como uno de los jugadores extranjeros más ganadores del balompié azteca al sumar 4 títulos nacionales y 6 internacionales.
A pesar de jugar como portero, Miguel Calero destacó por ser un arquero que jugaba al filo del área e incluso en muchas ocasiones logró hacerse presente en el marcador con goles en momentos claves.
Al igual que en el ataque, Miguel Calero se caracterizaba por ser un portero seguro bajo los tres palos; sus grandes atajadas lo convirtieron en uno de los ídolos del equipo hidalguense e incluso de la selección colombiana.
Debido a su capacidad como portero, Miguel Calero recibió varias ofertas de diferentes clubes del futbol mexicano entre las que destacan, una de los Tigres de la UANL, en donde, incluso, cuentan le trajeron un portafolio lleno de dólares, pero el portero lo rechazó, de ahí viene la frase: “Si volviera a nacer me llamaría Miguel Calero, sería portero y defendería a huevo, los colores del Pachuca”.
Tras jugar su último partido contra Pumas en la jornada 14 en el apertura 2011, Miguel Calero anunció su retiro del futbol debido a una trombosis en su brazo izquierdo.
Un año más tarde, Miguel sufriría un infarto cerebral a causa de una embolia en el hemisferio derecho del cerebro, que acabaría con la vida del arquero, pero iniciaría su leyenda.