En un acto de reconocimiento a la artesanía tradicional mexicana, Martina García Cruz, tejedora originaria de la comunidad de El Mejay en Chilcuautla, se alzó con el merecido homenaje en el prestigioso Museo Kaluz y Dior de la Ciudad de México.
El evento, denominado "Gala de la Comunidad Modista," atrajo a una audiencia selecta, incluyendo distinguidos empresarios como Mercedes Sánchez Navarro y Carlos Slim Helú.
Ambos líderes empresariales se unieron para enaltecer la trayectoria de Martina García Cruz, una tejedora hidalguense que ha llevado a la cúspide su habilidad, aprendida a través de la técnica de la observación, en la que se entrelazan hilos de algodón con destreza y precisión, un arte que forma parte integral de la cosmogonía del pueblo hñahñu.
Martina, reconocida por su modestia y humildad, expresó su alegría en un emotivo discurso, destacando la importancia de preservar las tradiciones culturales que han sido transmitidas de generación en generación en su comunidad.
Los organizadores de la gala elogiaron la excepcional destreza de García Cruz y su dedicación a la preservación de una forma de arte ancestral.
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Martina García Cruz nació el 24 de febrero de 1941 en la comunidad de El Mejay, en Chilcuautla, es una bordadora artesana de origen hñahñu.
Aprendió el telar de cintura de sus abuelas y desde muy pequeña se dedicó a tejer ayates. A los 12 años, sin que nadie se diera cuenta, Martina aprendió a urdir, preparar y tejer el telar de cintura sólo a través de la observación.
Martina tomaba el telar a escondidas, se ataba a la cintura, y comenzaba a tejer sin que nadie la viera. Pronto enfocó su atención en esta actividad y a partir de ese momento dedicó su vida al telar de cintura sin dejarlo ni un solo momento.
La hidalguense ha replicado la enseñanza del telar de cintura con cientos de mujeres tanto dentro como fuera de la comunidad. En compañía de sus hijas e hijos María Trinidad, Bernardina, Zita, Ubaldo Feliciano y Teresa inauguró en Artesanías Domitzu en 2013.
Desde hace más de 60 años García Cruz ha preservado esta tradición lo que le ha merecido múltiples premios nacionales. Representó al municipio de Chilcuautla, como en el “Catálogo de Artesanías del Estado de Hidalgo”.