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En la vasta y rica tradición culinaria de México, las chicatanas ocupan un lugar especial.
Estas hormigas voladoras, que emergen con la llegada de las lluvias, no solo son un manjar exótico sino también un componente cultural profundamente arraigado en diversas regiones del país.
De la tierra al molcajete
La manera más conocida de disfrutar de las chicatanas es en una salsa de molcajete. Esta preparación tradicional resalta los sabores intensos y terrosos de las hormigas, combinándolas con chiles, ajo y otros ingredientes para crear una salsa que es a la vez picante y nutritiva.
Esta salsa se suele servir con tortillas hechas a mano, recién salidas del comal, y un trozo de queso fresco, formando un bocado que es toda una explosión de sabores.
Versatilidad culinaria
Pero la versatilidad de las chicatanas no se detiene ahí. En Oaxaca, donde son especialmente apreciadas, se integran en moles con carne o pollo, realzando el plato con su sabor único.
También se utilizan como relleno de tamales o se incorporan a la masa de tlayudas, siempre manteniendo una preparación artesanal que respeta las técnicas tradicionales.
Precios y disponibilidad
Aunque se pueden encontrar chicatanas en estados como Puebla, Chiapas, Veracruz e Hidalgo, su fama se centra en Oaxaca.
Aquí, el precio puede variar notablemente: desde bolsitas de 80 pesos por 50 gramos, hasta alcanzar los mil pesos por kilogramo en el estado. Sin embargo, en la Ciudad de México, el precio puede triplicarse debido a la demanda y la exclusividad del producto.
Un superalimento ancestral
Más allá de su valor culinario, las chicatanas son un alimento nutritivo. Estas hormigas proporcionan proteínas de alta calidad y contienen bajos niveles de grasas saturadas, lo que las convierte en una opción saludable.
Su uso en la cocina abarca desde caldos y tamales hasta salsas y repostería, demostrando su versatilidad y valor nutritivo.
En conclusión, las chicatanas son mucho más que un simple ingrediente; son una manifestación de la riqueza cultural y gastronómica de México.
Su recolección y preparación artesanal son un testimonio de la dedicación y el respeto por las tradiciones culinarias, ofreciendo una experiencia gastronómica única que conecta con la tierra y la historia del país.
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