Más Información
En la localidad de Real del Monte, el nombre de Margarito Mohedano Gómez resuena como un eco de la rica historia minera que define este rincón de Hidalgo. Con 47 años de edad y una trayectoria que abarca casi tres décadas, este hombre se ha forjado a sí mismo a través de las profundidades de las minas y, ahora, como el 'rey del esquite', brinda un sabor único a la comunidad con su negocio de elotes preparados con pulque.
La historia de Mohedano Gómez comenzó a los 16 años, cuando, tras finalizar la secundaria, se unió a su padre en las minas de Real del Monte. Su andar bajo tierra lo llevó primero a los talleres de fragua de la mina La Dificultad, donde adquirió habilidades en la soldadura, antes de dar el salto al taller de electricidad. Durante esos años, Margarito se sumergió en el mundo de las minas, un entorno que dejó una marca imborrable en su vida.
Con el cierre de las minas del Pueblo Mágico en 2005, Margarito decidió expandir sus horizontes laborales y se aventuró a trabajar como minero en Guanajuato, Morelos y Guerrero. Sin embargo, su corazón siempre anhelaba las tierras hidalguenses, y finalmente, optó por regresar a su hogar en Real del Monte.
Hoy en día, Margarito es conocido como el 'rey del esquite', gracias a un negocio de elotes que ha revolucionado la escena culinaria local. Su propuesta única radica en la preparación de esquites con pulque, una receta que emergió de las profundidades del municipio, donde sus compañeros mineros solían llevar elotes criollos y pulque para compartir en su hora de comida.
Según Margarito, la tradición de consumir pulque junto a comidas picantes era una costumbre arraigada entre los mineros. "Había más cantinas, se tomaba mucho pulque, los mineros eran bien pulcosos, pasaban la jarra y yo me echaba un litro", relató con nostalgia.
El puesto del 'Ex minero, rey del esquite' se encuentra en la esquina del portal del comercio, al lado de la iglesia, y abre todos los días de la semana. Los visitantes pueden deleitarse con una experiencia culinaria única que fusiona la herencia minera de Real del Monte con sabores tradicionales.
A pesar del éxito de su negocio, el hidalguense no puede evitar sentir nostalgia por el ambiente de las minas. Con el cierre de las minas, muchos de sus compañeros optaron por migrar hacia Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades, pero él decidió quedarse en su tierra natal. Utilizando sus habilidades en herrería, forjó una góndola, una caja de volteo utilizada para transportar el material extraído de las minas, para darle un toque auténtico a su puesto de elotes.
"Es una experiencia trabajar en las profundidades, 700 metros bajo tierra es como otra vida, porque bajas de día y arriba es de noche”, reflexionó sobre su vida.