Explora las imponentes formaciones rocosas en forma de hongo y columnas alargadas que resguardan ancestrales pinturas rupestres, una de las joyas culturales del municipio de Alfajayucan, en el oeste de Hidalgo.
Este sitio es reconocido por su riqueza arqueológica y su legado cultural, que permite a los visitantes conocer la conexión profunda entre la naturaleza y el pensamiento de las comunidades prehistóricas de la región.
Aunque alrededor del mundo existen ejemplos renombrados de arte rupestre, como las célebres cuevas de Altamira en España o Lascaux en Francia, y en México, los murales de San Francisco en Baja California Sur, las manifestaciones de gráfica rupestre en Hidalgo tienen un significado social y cultural único. Una de las más fascinantes se encuentra en la localidad de San Antonio Tezoquipan, ubicada a menos de cincuenta minutos de Ixmiquilpan.
El nombre “Tezoquipan” proviene del náhuatl y significa “lugar de lodo en un pedregal”, una denominación que refleja el entorno de esta comunidad. Allí, los visitantes pueden encontrar cerca de noventa pinturas rupestres y petroglifos que representan mitologías relacionadas con el cielo y su vínculo con el paisaje.
La cultura en esta región sigue viva a través de las tradiciones y artesanías que elaboran sus habitantes, como los sombreros de tornillo, tapetes y escobetillas hechos de palma, trabajos que inician con la recolección de materia prima en el cerro y culminan en cuidadosos acabados. Destacan también los objetos de cerámica, alfarería y cantera, que son muestra de la identidad local.
El recorrido hacia estas formaciones rocosas requiere una caminata o un paseo en bicicleta, y se recomienda contar con un guía local para conocer los detalles de cada sitio. En San Antonio Tezoquipan, puedes visitar la iglesia local y su panteón, la plaza central y el mercado, donde es posible conectar con la cultura y la hospitalidad de sus habitantes.
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