Justo en los límites de Hidalgo y Veracruz, en las faldas del Cerro Picudo, se encuentra una maravilla natural poco conocida: el cañón Arroyo del Cura. Esta estrecha grieta sorprende con sus formaciones rocosas y colores cambiantes, ofreciendo una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la aventura.
A diferencia del imponente Gran Cañón del Colorado o las vastas Barrancas del Cobre, el Arroyo del Cura es una pequeña garganta que se ha formado a lo largo de miles de años. La erosión del agua y el viento han esculpido sus paredes, creando curvas y formas que recuerdan el vaivén del mar. La geología del cañón está influenciada por la cercana Reserva de la Biósfera Barranca de Metztitlán, con sus paisajes montañosos en medio de un entorno semidesértico.
Las tonalidades de la roca varían a lo largo del día debido a la luz solar, con colores ocres y rosáceos que evocan los del Gran Cañón en Arizona. Desde el fondo del cañón, se pueden observar grandes piedras atrapadas entre sus muros, ofreciendo una vista impresionante y ligeramente intimidante.
El cañón tiene aproximadamente 20 metros de profundidad y una longitud de 3 kilómetros, que se pueden recorrer a pie en unos 45 minutos. El trayecto es rocoso, con algunas zonas donde es necesario trepar y mojarse los pies en pozas de agua, especialmente durante la temporada de lluvias. Aunque angosto en algunos tramos, donde las paredes casi se tocan creando un techo natural, no presenta una gran dificultad técnica. Se recomienda llevar ropa y calzado adecuado para montaña.
Tras salir del cañón y caminar por senderos escarpados rodeados de cactus y matorrales, se llega a otro tesoro escondido: la Cueva de la Malinche. En sus paredes de piedra se conservan pinturas rupestres en rojo, negro y blanco, que han perdurado a lo largo del tiempo. Una de estas pinturas, conocida como "el cazador", ganó fama gracias a la banda de rock alternativo Jaguares, cuyo vocalista Saúl Hernández la adoptó como logotipo con autorización del Museo Nacional de Antropología e Historia.
La cueva debe su nombre a una leyenda que cuenta que la Malinche vivió allí y utilizaba un árbol de zapote cercano para mecer a sus hijos.
El Arroyo del Cura se encuentra en el municipio de Huayacocotla, Veracruz, cerca del municipio de San Agustín Metzquititlán, Hidalgo. Aunque está en Veracruz, el acceso se realiza por el lado hidalguense, en la comunidad de San Nicolás Atecoxco. Desde la Ciudad de México, el viaje en auto toma aproximadamente 3 horas y media, pasando por paisajes diversos como los valles de la Cuenca de México, la Comarca Minera y la Sierra Baja de Hidalgo.
La agencia de viajes Live Traveling organiza excursiones al Arroyo del Cura con fechas programadas para los sábados 1 y 29 de junio, partiendo desde la Ciudad de México. El costo del viaje es de $999 pesos por persona, e incluye transporte redondo, seguro de viajero, coordinador de grupo, fotografías y video, y visitas guiadas tanto por el cañón como por la Cueva de la Malinche.
Esta excursión ofrece una oportunidad única para explorar una joya natural escondida y descubrir la historia y la cultura de la región. ¿Te animas a vivir esta experiencia?
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