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La presencia de mascotas en el hogar es una cuestión que preocupa a muchos padres, especialmente en lo que respecta a la salud de los recién nacidos. Una pregunta común es si el pelo de los gatos puede afectar a los bebés en sus primeros días de vida.
Aunque se ha sugerido que la exposición al pelo de los gatos puede aumentar el riesgo de alergias en los bebés, la evidencia científica al respecto es variada. Algunos estudios sugieren que la exposición temprana a los alérgenos presentes en el pelo de los gatos podría aumentar el riesgo de desarrollar alergias en la infancia, mientras que otros estudios sugieren lo contrario.
¿Qué dicen los expertos?
La Academia Americana de Pediatría (AAP) señala que no hay pruebas suficientes para afirmar que la exposición al pelo de los gatos causa alergias en los bebés. Sin embargo, si un bebé muestra signos de alergia, como congestión nasal, estornudos o erupciones cutáneas, es importante consultar a un pediatra para recibir orientación adecuada.
¿Qué precauciones debemos tener?
En general, si se tiene un gato en casa y se espera la llegada de un bebé, se pueden tomar algunas precauciones como son:
- Reducir la exposición a los alérgenos, como mantener al gato fuera de la habitación del bebé
- Mantener la casa limpia y bien ventilada,
- Lavarse las manos después de tocar al gato.
En última instancia, la decisión de tener un gato en casa cuando hay un recién nacido depende de las circunstancias individuales y del nivel de riesgo que los padres estén dispuestos a aceptar. Siempre es recomendable hablar con un médico o pediatra para obtener asesoramiento personalizado sobre este tema.
