En Hidalgo, Tuzoofari se ha consolidado como un refugio de vida silvestre donde más de 800 ejemplares de distintas especies encuentran un hogar seguro. Este zoológico estilo safari, ubicado en Epazoyucan, no solo permite a los visitantes interactuar directamente con animales, algunos en peligro de extinción, sino que también promueve el respeto y la conciencia hacia el cuidado de la fauna.
Con una extensión de más de 60 hectáreas, Tuzoofari alberga 120 especies que pueden ser alimentadas, acariciadas y observadas de cerca, permitiendo a los visitantes conocer sus hábitos y particularidades. Desde leones africanos, tigres de Bengala y jaguares, hasta lobos canadienses, bisontes americanos y avestruces, el parque ha logrado nacimientos notables gracias a sus prácticas de cuidado especializado.
Durante el recorrido en vehículo, es común escuchar las risas y los gritos de sorpresa de los visitantes al ser rodeados por llamas, antílopes, ñúes y cebras que asoman la cabeza para recibir zanahorias especialmente cultivadas para evitar riesgos al ser consumidas.
Isabel Islas, directora de Tuzoofari, señaló que el parque es el resultado del sueño de su padre, Santos Islas Morales, quien hace casi 20 años decidió crear un refugio que rompiera con los estándares tradicionales de zoológicos y se enfocara en la conservación de especies.
El santuario cuenta con ejemplares emblemáticos como el águila real, pumas, monos araña, tigres y jaguares. Uno de los residentes más recientes es Roko, un hipopótamo nacido en abril del año pasado, que comparte espacio con sus padres, Tohuí y Motomoto, convirtiéndose en uno de los principales atractivos del lugar.
La dedicación al bienestar animal ha sido clave para el éxito de Tuzoofari. Según Miguel Alfonso Peña Riverón, gerente de fauna, el enfoque en la medicina preventiva y el cuidado integral garantiza el bienestar de las especies, lo que se refleja en el nacimiento constante de crías.
Los trabajadores del parque, muchos originarios de la región, han desarrollado un vínculo especial con los animales, incluso asignándoles nombres como Joe, un chimpancé, y los felinos Bahadour, La Nena y El Rayas, quienes viven bajo cuidados especiales, lejos del contacto directo con el público.
El herpetario, con su variada colección de reptiles, y la minigranja, donde los más pequeños interactúan con cabras, conejos y cerditos, complementan la experiencia única que ofrece Tuzoofari.