El Congreso de Hidalgo aprobó las reformas constitucionales en materia de pueblos indígenas y afromexicanos, así como de la Guardia Nacional (GN), aunque ya habían sido avaladas por más de la mitad de los poderes legislativos estatales del país y solo falta su publicación para entrar en vigor.
La primera reforma modifica el segundo artículo de la Constitución Mexicana, para reconocer como sujetos de derecho público a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos, y por tanto con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Estas modificaciones les dan facultades para decidir sus formas internas de gobierno; proteger su patrimonio cultural, material e inmaterial; participe en la construcción de modelos educativos; promover la medicina tradicional y partería; ser consultadas cuando medidas legislativas o administrativas puedan impactar en sus vidas; entre otras.
Mientras que la reforma de la Guardia Nacional contempla la consolidación del mando militar de la organización y su adscripción a la Secretaría de Defensa de la Nación (Sedena), lo cual ha sido calificado como una militarización de la seguridad pública por parte de la oposición.
Claudia Luna Islas, representante partidista de Acción Nacional (PAN) en el Congreso local, manifestó su oposición a esta reforma, pues consideró que la incorporación de la GN a la Sedena representa una militarización de las funciones de seguridad pública.
“La inclusión de una institución militar en tareas que le corresponden a cuerpos civiles de seguridad es contraria a estos principios y vulnera el marco constitucional. Además, la experiencia internacional no demuestra que la militarización de la seguridad no ha sido efectiva para combatir la violencia de forma sostenida, por el contrario, ha exacerbado violaciones a los derechos humanos y ha generado desconfianza en la ciudadanía hacia las instituciones de seguridad”, dijo.
Mónica Reyes Martínez, diputada del Partido Nueva Alianza Hidalgo (PANALH), difirió y consideró que no se trata de militarizar al país, sino que está adhesión de la Guardia Nacional al Ejército es para fortalecer a las instituciones de seguridad del país y “corregir los errores del pasado”.
“La guerra contra el narcotráfico, dirigida por gobiernos panistas fue una guerra perdida, y efectivamente el pueblo no olvida”, dijo.
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