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El olor a mantequilla dulce y fruta se percibe al cruzar el umbral de la panadería. Desde lejos se siente el calor de los hornos que a toda potencia trabajan para sacar su producción. Es víspera de Día de Reyes y la familia Bravo trabaja incansablemente en elaborar las roscas que llenarán de dulzura e ilusión los hogares de las familias.
Los panaderos se esmeran en conservar la tradición del pan de Reyes y por esto tratan de preservar la receta original del pan para celebrar la llegada de los peregrinos que llevaron regalos al Niño Dios en Belem, según la creencia católica.
Como pueblo de tradiciones, México mantiene el arraigo de sus celebraciones de tipo religiosa y la de los Reyes Magos no es la excepción.
El origen de la Rosca de Reyes es una tradición que tuvo sus comienzos en la Edad Media en los alrededores del siglo XIV en países europeos como Francia y España que poco tiempo después, llegó a México durante la conquista. Desde entonces es costumbre partir una rosca de pan, la cual se caracteriza por tener forma circular, símbolo del amor eterno de Dios que no tiene principio ni fin.
Según la tradición católica fueron tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar, quienes viajaron desde Oriente guiados por una estrella, para adorar al niño Jesús, quien era el profeta.
Los reyes le llevaron regalos: oro, incienso y mirra. Ese importante acontecimiento es conocido como epifanía, encuentro que simboliza la Rosca de Reyes.
Para los cristianos, la forma ovalada de la rosca, representa el círculo infinito del amor a Dios. Las frutas secas cristalizadas que adornan el pan, simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, el muñeco escondido, representa al Niño Jesús.
Es por ello que en México esta tradición se tiene arraigada desde la época colonial y solo han cambiado algunos detalles como el material con que están hechos los muñecos (antes eran de porcelana) o el relleno de las rosas, que ahora les ponen nuevos ingredientes, sin embargo la tradición perdura en pleno siglo XXI.
Además es común que cuando alguna persona encuentra en su rebanada de rosca al Niño Jesús, debe cuidarlo hasta el dos de febrero, que se celebra el “Día de la Candelaria”, lo cual se celebra con tamales y atole que debe pagar el suertudo que obtuvo el muñeco.
Es por ello que la celebración de la Rosca de Reyes perdura y en millones de hogares mexicanos se conmemora la llegada de los reyes al servir la rosca acompañada de leche, chocolate o café.
Esta rosca tiene una preparación especial y gracias a los panaderos mexicanos, han convertido este pan en un emblema de la fe e ilusión para rendir culto al mesías cristiano.
La familia Bravo, a través de un negocio familiar, han conseguido ganarse el gusto de sus vecinos al elaborar pan tradicional y por supuesto en estas fechas, la Rosca de Reyes no es la excepción.
La panadería llamada La Casita del Pan, ubicada en la colonia Campestre de la ciudad de Pachuca, elabora gran cantidad de roscas de distintos tamaños para que las familias puedan disfrutar un dulce Día de Reyes.
A diferencia de las grandes cadenas panaderas que producen en serie sus panes, la familia Bravo, bajo la dirección del señor José Antonio Bravo, elaboran de manera tradicional las roscas de Reyes, con un pequeño toque hidalguense.
En el trabajo participan los padres, hijos y nietos, quienes en estas fechas ayudan en la producción que crece notablemente por la demanda de roscas y bajo la dirección de don José Antonio es que la calidad permanece intacta para el gusto de los clientes.
Los ingredientes básicos son la harina, leche bronca, mantequilla azúcar, higos, ate, a veces nata y algo muy importante que don José Antonio destaca es el amor al oficio, pues gracias a ese esmero es que se consigue un delicioso pan. Los tamaños de las roscas varían, pues hay desde las individuales, hasta las familiares que alcanzan para 30 personas.
Es gracias a estas tradiciones, que los mexicanos mantenemos este arraigo que aprendimos de los padres y abuelos, lo que nos ayuda a mantener nuestra identidad, que si sine no es estrictamente mexicana, se ha adoptado con el paso de los siglos.