Con palabras sencillas, Edda Vite presidenta del DIF Hidalgo, cuenta de la importancia de los logros alcanzados este primer año, y no justamente por sus anhelados alcances, sino porque todos llevan consigo el cariño y el respeto de todo un equipo, que incluye a la sociedad misma.

Momentos después de haber rendido su informe frente a unas dos mil personas, cuenta en entrevista con , la difícil tarea de “empezar de cero, era ver el abandono en que estaba la institución, más bien, todo lo que estaba relacionado al Sistema DIF”.

En una pequeña, pero confortable biblioteca del recinto oficial de la ex Hacienda La Concepción, Edda Vite relata la forma en que “nos dimos a la tarea de rehabilitarlo todo, de adentrarnos en los programas, de hacer giras para ver que las cosas están realmente llegando a la gente”.

Foto: Luis Soriano
Foto: Luis Soriano

Debía existir la certeza que los niños de los preescolares estén bien alimentados, que los adultos mayores reciban la alimentación adecuada, que las despensas lleguen a quien van dirigidas y evitar que sea entregadas con fechas de caducidad vencida.

Con una sonrisa de satisfacción, plantea que lo más importante que han logrado en este año es que cada acción u obra, lleva implícito un profundo respeto a las personas que menos tienen y una grave responsabilidad de hablar con la verdad hasta de un no. “Debemos ser honestos y transparentes hasta para dar una negativa”. Y no descarta en ocasiones, “pedir una disculpa por no alcanzar las expectativas de los solicitantes”.

Y explica que su política está “basada en el humanismo. El habernos perdido durante mucho tiempo y separar de una manera enorme la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, debe ser una tarea que nos permita estrecharla, ayudemos a la gente que más nos necesita para acercarnos a lograr que tengan vidas dignas en viviendas en dignidad, con lo necesario”.

Foto: Luis Soriano
Foto: Luis Soriano


Convencida que su tarea es importante, convoca a la sociedad a sumarse, porque existen cerca de “300 niños, niñas y adolescentes, que no son sólo hijos nuestros, son hijos del estado y todos tenemos el compromiso de hacer de ellos niños felices para que el día de mañana tengamos buenos ciudadanos”.

Y alentó a la solidaridad, “todos estamos en un país de emociones, somos un país afectivo, somos una ciudadanía que somos cariñosos por naturaleza. Y como todo, háblame bien, contéstame bien y obtienes todo de mí, y eso es algo que la gente quiere, el respeto, el buen trato”.

Foto: Luis Soriano
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Llega la pregunta forzada sobre si alguna ocasión se podrá alcanzar el equilibrio entre los que más y menos tienen. “Sería ambicioso pensar que podríamos lograrlo de estas dos partes tan distantes. Pero, por qué no, allí viene el cambio de conciencia, de pensamiento, de enfoque, es decir que nos dejemos de egoísmos, y se pueda decir yo puedo aportar esto”.

Y como parte de esta nueva dinámica administrativa, siempre “hay que responderle a la gente con trasparencia. Ese es su derecho y nuestra obligación. Cuentas claras y las amistades largas”, afirma mientras sonríe.

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