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Durante el 2023, dos de cada 10 personas mayores de 12 años y que utilizaron internet en Hidalgo fueron víctimas de ciberacoso, pues el 21 por ciento de los usuarios reportaron este delito, según un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Si bien la incidencia registra una disminución en comparación al 2022 cuando el porcentaje alcanzó el 23.5, en 2023 Hidalgo ocupó el lugar 16 a nivel nacional e incluso superó al Estado de México, una entidad muy poblada y con alta incidencia delictiva.
Con base en los datos emitidos por INEGI, las personas que contaban cin escolaridad básica fueron las que sufrieron la mayor incidencia delictiva a través de internet con un 40.1 por ciento.
En tanto, el 32 por ciento de usuarios quienes cuentan con educación media superior y con nivel superior (27.9 por ciento) cayeron menos en el ciberacoso y buscaron defenderse.
En promedio, quienes enfrentaron una situación relacionada con violencia en las redes sociales, se conectaron a internet durante 4.7 horas, condición promedio, pero esta superposición no los hizo menos vulnerables.
El estudio puntualizó que enviar solicitudes con identidades falsas es la modalidad más común de ciberacoso con el 35.9 por ciento de los casos. Le siguieron los mensajes ofensivos con el 33.3; recibir contenido sexual, el 26 por ciento; e insinuaciones o propuestas sexuales con el 23.7.
El Inegi reveló que durante el 2023, de los hidalguenses que usaron internet, el 98 por ciento reportó haber adoptado alguna medida de seguridad para proteger sus dispositivos electrónicos y cuentas de internet. Sin embargo, sólo el 20.4 por ciento de los usuarios instaló o actualizó programas antivirus, por lo que la entidad está por debajo de la media nacional, 24.3.
A nivel nacional, el 20.9 por ciento de la población de 12 años y más que utilizó internet en 2023 fue víctima de ciberacoso, lo que equivale a 18.4 millones de personas, de las cuales 8.1 millones fueron hombres y 10.3 millones era mujeres.
El ciberacoso, señala el INEGI es un acto que tiene por objetivo dañar o molestar a una persona mediante el uso de tecnologías de información y comunicación, en específico el internet y puede constituirse en un delito que puede derivar en daños morales, psicológicos y económicos e incluso en la intención de las víctimas de terminar con su vida.
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