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Correr por debajo de los mega puentes de la Supervía Colosio para salvar la vida y torear a los carros que se rehúsan a disminuir la velocidad, es una necesidad a la que recurren los peatones para atravesar esta vialidad que carece de pasos elevados, semáforos y cruces peatonales seguros.
Las intersecciones viales de la ciudad de Pachuca están diseñadas para que los autos circulen más rápido, mientras que los transeúntes y ciclistas pasan a segundo plano; esta problemática empeoró con la construcción de puentes en el Bulevar Luis Donaldo Colosio, de acuerdo con la organización Revolución Urbana.
Tan solo para cruzar por debajo de estas infraestructuras, se necesita primero atravesar hacia un camellón que divide el sentido vehicular y ahí esperar a que disminuya el tránsito de los coches para llegar a la otra acera. En el caso de la glorieta del puente atirantado, la espera puede prolongarse hasta 10 minutos.
Una opción para aminorar el riesgo son las intersecciones seguras, por lo que un grupo de ciudadanos especialistas en arquitectura, urbanismo y diseño, proponen que se coloque debajo de la Supervía, líneas para delimitar el paso, semáforos peatonales y macetas con flores.
INTERSECCIONES SEGURAS
En 2019, el sexenio pasado inauguró la primera fase de la Supervía Colosio, la obra contempló un puente elevado de 527 metros de longitud a la altura de la colonia El Chacón, en Mineral de la Reforma.
Para mitigar un poco el riesgo de los peatones, se ha pensado seguir el ejemplo de de Nueva York, cuyas autoridades transformaron una vía de tren en un parque elevado de más de dos kilómetros de longitud llamado High Line, para el aprovechamiento del espacio público y la reducción del flujo vehicular de puentes como los que se sitúan sobre Colosio y conectan desde la carretera Pachuca-Actopan hasta el Corredor de la Montaña.
PUNTOS ROJOS EN COLOSIO
Sin embargo hasta ahora hay varios puntos peligrosos para peatones y ciclistas, como el cado del Bulevar Colosio, donde se tienen detectados tres intersecciones de riesgo.
Los cruces que pasan por debajo de la Supervía no tienen señalética apropiada y no están bien planeados porque se ubican en curvas.
En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL HIDALGO acompañado representantes de Revolución Urbana, se visitaron tres puntos rojos de esta vialidad, para observar las problemáticas y conocer las propuestas de intersecciones seguras.
El primer punto en Bulevard Colosio y Valle de San Javier, sólo hay un cruce peatonal a nivel de banqueta, que incluye rampas para personas que usan silla de ruedas, sin embargo hay una vuelta continua para los automóviles que impide que los usuarios puedan cruzar en los semáforos.
La solución que plantea Carlos Wong, subdirector de Revolución Urbana, es crear un cruce a nivel de piso, quitar el triángulo de boyas que indica el giro continuo y sustituirlo con jardineras que sirvan como protección para los peatones.
El segundo punto de riesgo está localizado en Bulevar Colosio al cruce con Felipe Ángeles debajo del puente atirantado, inaugurado el 4 de marzo de 2022. Esta es una de las áreas más problemáticas de la ciudad, debido al diseño de la glorieta.
La zona se encuentra rodeada por una universidad, dos secundarias, un supermercado y cerca de la Plaza Galerías, diversos negocios de comida y a menos de un kilómetro de las colonias San Cayetano y Ampliación Santa Julia.
Alrededor de la rotonda hay cebras peatonales, pero esos pasos están localizados en las curvas, lo que impide la visibilidad del peatón y los conductores, dijo Wong.
DELIMITACIÓN DEL ESPACIO
Los puentes de la Supervía Colosio se construyeron exclusivamente para los automóviles y lo mismo sucedió con los espacios situados debajo de la infraestructura que actualmente son utilizados como cajones de estacionamiento, tal como ocurre en la intersección con bulevar Ramón G. Bonfil.
Este fue el último punto del recorrido y en la zona ninguna área está delimitada, no hay cruces de pasos y tampoco rampas para personas con discapacidad, carece de banquetas y los usuarios cruzan sobre la grava esparcida por el camellón.
La propuesta ante esta problemática basta con señalética vertical y horizontal dibujada en el piso para marcar el espacio y que los automovilistas conozcan en qué punto comienza el cruce.
Las intersecciones seguras requieren de un equipamiento muy sencillo como pintura para delimitar los cruces; es decir, solo transformar el espacio con lo que ya existe.