Cientos de familias, entre niños y adultos mayores, presenciaron la edición 55 del tradicional Viacrucis de la colonia Cubitos de Pachuca. El termómetro marcaba los 32 grados Celsius, pero el escenario estaba lleno.
En la cancha de la comunidad se escuchaban injurias y los azotes que despertaban expresiones de dolor y asombro, como si los asistentes fueran quienes recibiesen los golpes. Jesús de Nazaret era maltratado y humillado.
Entre el dolor, Jesús caía al concreto y fue arrastrado hasta donde se encontraba Poncio Pilatos, quien se lavó las manos como se refiere en el Nuevo Testamento religioso. Fue juzgado por la multitud enardecida que prefirió liberar a Barrabás.
Luego cayó sobre la cabeza de Jesús una corona de espinas. Los soldados colocaron el aro entre burlas y más injurias hacia el rey de los judíos. Lesionó su frente y enseguida empezó a correr la sangre sobre su piel.
Era el mediodía y Jesús fue condenado. Le fue colocada una cruz que pesa 130 kilogramos y todos los actores y actrices se preparan. El recorrido es de 2.5 kilómetros que lo llevó hacia el destino final, hacia la crucifixión, el cerro de la colonia donde ya estaban colocadas las tres cruces.
La señora Viridiana Hernández tiene 74 años y se daba prisa en el recorrido. Recuerda que desde que tiene 5 años, su abuela la llevaba al Viacrucis en Tepetitla, Yahualica, en la huasteca hidalguense.
"Llevo 55 años asistiendo al viacrucis y para mí representa mucho, la fe, la esperanza y lo que mis abuelos me dejaron", expresó a El Universal Hidalgo.
Actualmente ella vive en El Palmar y señala que cada año asiste con emoción y gratitud ante el sufrimiento que padeció Jesús. "Nos tiene que servir de reflexión en nuestra vida diaria", dijo.
Desde lejos las calles parecían venas mientras la multitud de personas caminaba tras el Cristo. Ahí iba Moisés Quintero Ortega, quien por segundo año consecutivo representó a Jesús.
En las aceras de las calles, con paraguas, sombreros, gafas, los pachuqueños acompañaron al hombre condenado; eran cerca de 10 mil personas las que se congregaron en las aceras y hasta en las azoteas para no perderse el paso de Jesús de Nazaret: hubo intriga, asombro, fotos y videos para registrar el calvario de quien representa al hijo de Dios.
Juan Paredes llegó hasta el Viacrucis desde Querétaro junto a su familia para ser parte de la edición 55 de la tradición católica.
"Dios nos salvó de muchas cosas y en la vida hay que perdonar. Ojalá que no se pierda la tradición y hay que respetarnos entre todos", expresó en entrevista.
Ya faltaba poco menos de medio kilómetro para llegar al lugar de la muerte y los romanos no paraban de escoltar a Jesús bajo los rayos del sol que caían a plomo, así como los golpes e insultos. Se le veían rayas rojas en su espalda.
Así se vive la pasión de cristo en el cerro de cubitosAsí se vive la edición 55 del viacrucis de Cubitos, reporte de Ricardo Calleja desde el Cerro de Cubitos
Publicado por El Universal Hidalgo en Viernes, 18 de abril de 2025
La cara de Jesús ya expresaba agonía y sufrimiento permanente. Hubo sangre, sudor, cansancio y lágrimas de María, quien vio y sufrió la crucifixión de su hijo. El calor estaba en su punto. Ya estaban subiendo a Jesús hacia su muerte, la cruz no era tan alta, la muerte lo esperaba.
Finalmente Jesús murió en la cruz desde lo alto del cerro de Palmitas donde las personas no dejaban pasar la oportunidad para persignarse y algunos miraban hacia el cielo como queriendo dar gracias, pero sin emitir palabra alguna.
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