El sobrepeso y la obesidad son dos de las principales preocupaciones de salud pública en México, y se han identificado como detonantes de diversas enfermedades crónicas, como afecciones cardiovasculares, hipertensión, diabetes, cáncer y daño renal. En este contexto, la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), en conjunto con la Secretaría de Educación Pública estatal (SEPH), implementaron una estrategia integral para abordar este problema desde los entornos escolares.
A través del programa de certificación de escuelas como “Promotoras de la Salud”, se busca fomentar una cultura del autocuidado en la comunidad educativa, promoviendo la adopción de hábitos saludables entre estudiantes, padres de familia y maestros. Esta iniciativa contempla la realización de cursos, talleres y sesiones educativas enfocadas en la prevención y el cuidado de la salud, bajo los lineamientos del programa de Políticas Públicas y Promoción de la Salud.
Además, en las escuelas se lleva a cabo un censo y diagnóstico integral de la población estudiantil, lo que permite detectar síntomas de alguna enfermedad entre los alumnos. Aquellos que presenten señales de sobrepeso u obesidad, u otros padecimientos relacionados, son canalizados a las unidades médicas correspondientes para recibir tratamiento oportuno.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) Continua 2020-2023, el 30% de la población mexicana de entre 5 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad. La encuesta, que ahora se realiza anualmente desde la pandemia, revela que el 36.5% de los niños en edad escolar y el 40.4% de los adolescentes viven con esta condición. Estos datos son alarmantes, especialmente en países como México, Argentina y Chile, que lideran la lista de naciones latinoamericanas con más niños y adolescentes afectados por este problema.
Entre los principales factores que contribuyen al sobrepeso y obesidad infantil, ENSANUT destaca el alto consumo de alimentos procesados, la escasa ingesta de alimentos frescos y saludables, y la falta de actividad física. La encuesta también señala que la prevalencia de estos trastornos es mayor en las zonas urbanas, donde el acceso a comida industrializada es más sencillo, en comparación con las áreas rurales.
Los riesgos asociados al sobrepeso y la obesidad en la infancia van más allá del peso corporal. Los niños que viven con esta condición pueden desarrollar otras enfermedades graves, como síndrome metabólico, diabetes tipo 2, hígado graso, hipertensión, y problemas ortopédicos, además de estar más expuestos a trastornos emocionales como baja autoestima y depresión.
Para combatir este problema, expertos recomiendan mantener un estilo de vida activo y saludable, que incluya una dieta equilibrada, el consumo regular de agua y la práctica diaria de actividad física. Además, es fundamental evitar el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y promover el descanso adecuado, con al menos 6 a 8 horas de sueño diarias.
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