La incertidumbre es para quienes no tienen documentos, para quienes llevan años buscando regularizar su estancia en Estados Unidos, señaló Juan, un hombre que migró al vecino país del norte desde que tenía 17 años.
En este tenor coincide Jorge, quien migró 40 años atrás a California y continúa viviendo en este país, donde sus hijos y nietos ya son las generaciones de hispanos que no conocen México y tampoco desean regresar al “pueblo”, como él llama al municipio donde nació: Ixmiquilpan.
En Estados Unidos se encuentran al menos 450 mil hidalguenses, quienes en su mayoría migraron a temprana edad en búsqueda del “sueño americano”, pero que al paso del tiempo decidieron quedarse más tiempo del programado o bien al percibir un mejor salario, optaron por ya no retornar.
“Aquí por más comodidades que uno tenga no es lo mismo que allá. Se gana bien, pero también se gasta”, expresó Jorge, quien tiene hijos y nietos que cuentan con documentación y refiere que no le preocupa la llegada del nuevo presidente Trump, pues la incertidumbre es para quienes no tienen una estancia legal, sean padres e incluso hijos.
Refiere que el tener documentación le otorga una tranquilidad para la vida cotidiana. En este sentido coincide con Juan (entrevistado por separado) pues ambos expresan que pueden regresar a sus regiones de origen en vacaciones o para atender situaciones familiares; pues cuando no tienen una estancia legal, no pueden programar sus retornos sin pensar en que cruzar la frontera les puede costar la vida y una fuerte inversión económica.
Sin tener una cifra precisa de personas que tienen una estancia legal o ilegal en el vecino país, para el gobierno federal estima que son 38.4 millones de mexicanos quienes viven en alguno de los estados de la Unión Americana; de éstos sólo 4.8 millones no tiene una estancia legal.
Según la Oficina del Censo de EU y el Departamento de Seguridad Nacional de ese país, 11.5 millones son primera generación, 26.9 millones son de segunda generación, es decir ya nacieron en territorio extranjero. Mientras que al menos 433 mil 840 son beneficiarios del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés).
En 2019, la entonces Secretaría de Desarrollo Social estatal indicó que había 368 mil 454 hidalguenses radicando de manera legal e ilegal en ese país. Para 2024, el Gobierno de Hidalgo estimó que eran 450 mil, es decir, en cinco años sumaron al menos 81 mil personas más.
Datos emitidos por la entonces Oficina de Atención al Migrante indican que en California y Texas es donde se encuentra mayor población local, entre 50 y 100 mil; mientras que en Florida se estimaron hasta 50 mil.
Apenas este lunes, Leonardo Hernández, ex migrante y actual secretario de Desarrollo Social municipal informó que tan solo en la Bahía de Tampa, Florida, había 35 mil ixmiquilpenses y originarios de la Sierra Gorda. “Parece que es otro Ixmiquilpan”, afirmó.
En el estado norteamericano de Georgia y Norte de Carolina se estiman entre 20 y 50 mil; mientras que Washington y la zona metropolitana de Nueva York podrán estar hasta 10 mil migrantes, de primera y segunda generación.
Nebraska, Minnesota, Wisconsin, Iowa, Missouri, Nuevo México, Louisiana, Mississippi, Ohio, Kentucky, Pennsylvania, New Jersey y Maryland se tenían detectados entre mil y 3 mil hombres y mujeres originarios de algún municipio hidalguense.
Y en otros once estados que se ubican en la frontera con Canadá se tienen cuantificados hasta mil por cada una de las entidades norteamericanas.
Retornar sin tener una casa; el miedo a la deportación
Desde Carolina del Norte, Guadalupe se pone en contacto vía WhastApp con Lorena que vive en Pachuca, ambas son la Sierra Otomí – Tepehua, de Tenango de Doria. Lupe es ilegal y trabaja en el servicio de limpieza, su preocupación es la deportación porque su hijo está en la universidad.
En once años de trabajar, porque no se vive, pues no hay día de descanso, le pide a su amiga Lorea que revise qué se dice de la llegada del nuevo presidente, no quiere que la detecten y deporten, pues en el pueblo no se gana lo mismo y sólo volvería a trabajar en casas.
Con varias décadas como migrante en Estados Unidos, Leonardo Hernández Dañu, quien actualmente se desempeña como secretario de Desarrollo Social en la alcaldía de Ixmiquilpan, aconseja a los paisanos “portarse bien. si hay una luz del auto que falla, de inmediato arreglarla”, esto para evitar llamar la atención de la autoridad.
El funcionario municipal explicó que en Florida es la entidad donde hay mayor población emigrante originaria de Ixmiquilpan.
Luego ya haber enfrentado un gobierno al frente de Donald Trump (2017 - 2021), pidió esperar y no alarmarse, pues las declaraciones emitidas como en antaño, sobre amagos de deportaciones no siempre se cumplieron. Y añadió: “deportación siempre hay”, sin importar qué presidentes se ostenten en el poder en EU.
Sin importar qué actividades realizan, las cuales van desde el trabajo más pesado que está en los campos agrícolas y las granjas lecheras, hasta las cocinas, limpieza de viviendas y oficinas, el comercio, la construcción, los migrantes hidalguenses trabajan los 365 días del año si hay disponibilidad se empleo.
“Sino para qué está uno allá. No hay días de descanso o domingos con la familia. El trabajo ocupa la mayor cantidad de tiempo”, refiere Jorge, quien explica que retornó a Hidalgo tras la enfermedad de su madre, a quien cuidó previo a su fallecimiento.
Señala que regresar es difícil, pero “la tierra es la tierra; aquí siempre me ha gustado vivir”. Sin embargo, confiesa que no quiere ir a EU por ahora porque existe el riesgo de quedarse, pues ya allá están sus nietos, sus hijos y amigos.
Para los investigadores del fenómeno migratorio, como Tomas Serrano Avilés, del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la universidad estatal, el eterno retorno es una idea que todo migrante refiere, pero pocos logran, pues las redes familiares ya están dispersas.
En 2023 por concepto de remesas a Hidalgo llegaron mil 754.8 millones de dólares de acuerdo con el Banco Nacional de México (Banxico) y por cuarto año consecutivo se rompió el récord del monto enviado por hidalguenses a la entidad, procedente de Estados Unidos, pero también de Canadá.
Al tipo de cambio del dólar a pesos que fue en promedio entre 17 y 18 pesos, el monto oscila entre los 30 mil 180 millones de pesos, es decir, casi el 50 por ciento de los recursos que llegan como presupuesto estatal.
En 2022, las remesas aumentaron un 29 por ciento, luego de ser el tercer año de pandemia. El monto anual fue de un mil 673 millones de dólares que llegaron a los 84 municipios. Con cifras del Banxico refirió que el aumento es de 376.6 millones de dólares con respecto a 2021, por lo que la tendencia es al alza que se sostuvo e inició desde 2020.
Desde hace tres años atrás, Tulancingo se posicionó como el municipio con mayores ingresos por esta vía.
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