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"Es muy difícil que existan casos de personas que sigan cobrando el programa de adultos mayores después de fallecer, pues cada ayuntamiento tiene la obligación de realizar el reporte de fallecimiento del beneficiario, lo que implica que automáticamente el sistema los da de baja", mencionó el delegado estatal de Programas del Bienestar en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno.

El funcionario federal explicó que la obligación de registrar todos los nacimientos y defunciones corresponde a los municipios, así como otorgar actas de nacimiento y defunción. A partir de esto, tienen la responsabilidad de notificar al Registro Nacional de Población (Renapo), que realiza un cruce de información con la Secretaría de Bienestar, tanto a nivel estatal como nacional. Por lo tanto, cuando una persona fallece, automáticamente se da de baja en el padrón.
Añadió que, por lo tanto, es complicado que una persona beneficiaria continúe cobrando algún programa, a menos que haya un ayuntamiento que no haya cumplido con esta obligación.
En 2022, cuando aún no se efectuaban los pagos con tarjetas, personal de Bienestar logró identificar casos en los que adultos mayores ya fallecidos seguían cobrando su pensión.