Y ante la pregunta de cuál es la historia de aquel vestido color guinda con encendidos bordados de Tenango de Doria que portó en su cierre de campaña en el Monumento a la Revolución, ella abrió sus ojos sonrientes y comentó en voz baja la historia a manera de travesura.
En el desempeño de la administración pública, la gente sencilla muestra su agradecimiento regalando piezas que ellos mismos hacen manualmente, nos cuenta a los lectores de EL UNIVERSAL HIDALGO, que en esta ocasión tenía esos bordados que le regalaron.
Entonces, un día le encargue me confeccionara una prenda y me gustó, entonces cada que hay algo en especial la vamos a buscar, afirma.
Dentro de los regalos hay textiles, --cuenta mientras juega con las uñas de la mano sin dejar ese tono divertido de la historia—y en cada caso va viendo cómo utilizarlos. “Vi los tenangos y me gustaron por su fondo guinda y sus alegres animales”.
En su siguiente visita a la costurera le propuso realizar un vestido con las características y las medidas requeridas.
De ese modo es como la candidata a la Presidencia de la República por Morena subió al estrado portando un vestido color guinda con la parte superior bordada en distintas tonalidades de rosa, verde, azul, blanco y amarillo como parte de un legado lleno de historia y lucha femenina.
El bordado Tenango, encuentra su origen en el bordado Otomí y sus diseños rinden honor a su comunidad, plasman parte de su cultura y su cosmovisión ancestral. San Nicolás, es una comunidad otomí-tepehua ubicada a 8 km de la cabecera municipal de Tenango de Doria. Ahora transformada como “la cuna del bordado” al dedicarse gran parte de sus pobladores al dibujo y bordado textil.
Los indígenas representan a través del dibujo de tenangos y su respectivo bordado, aquellos rasgos típicos de su cultura y de su entorno, desde sus fiestas y sus danzas, hasta la flora y la fauna que los rodea. Se utilizan muchos colores lo que representa el estado de ánimo de la bordadora