Gobierno federal y las empresas que construyen la carretera Real del Monte - Huasca reforestan 41 hectáreas y en 48 más colocan flora y parte del arbolado rescatado para mitigar el impacto ambiental que generó la apertura de la autopista a cuatro carriles, cuya extensión es de 9.4 kilómetros.
Con un avance de más de 62 hectáreas, la medida de mitigación es parte de la normatividad ambiental en esta construcción, pues están obligados a resarcir el daño, por lo que en coordinación con la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se trabaja para la reubicación de las platas endémicas de la zona, así como animales que en algún momento se detectaron.
Ernesto Jauregui Asomoza, delegado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) destacó que la gestión que realiza para la reforestación y reubicación de la flora es con particulares y quienes respetarán una veda de 20 años para que contar con individuos adultos lo más pronto posible.
En los viveros que se han habilitado por parte de las empresas, la bióloga Nancy Gómez, explica a EL UNIVERSAL HIDALGO que en el vivero actualmente hay 3 mil individuos, entre árboles y especies endémicas que se rescataron previo al inicio de la obra, así como nuevos pinos que llegaron para ser enviados y trasplantados en las hectáreas ya previstas para reforestar, y entre los cuales no sólo hay predios federales.
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El personal explica que estos terrenos previamente fueron pactados también con pequeños propietarios, comuneros y ejidatarios con quienes se firma el convenio y durante 20 años serán monitoreados
A las 89 hectáreas que se destinan para este fin, se suman 8.4 kilómetros de cerco vivo a lo largo de la obra y 8.4 hectáreas de hidrosiembra que se colocan en los taludes. En suma, son cerca de 100 hectáreas de los proyectos ambientales para mitigar el impacto.
A unos kilómetros de la obra se encuentra un terreno habilitado para la actividad y que es cuidado por lugareños y supervisado por la biología, en este vivero hay pinos y encinos de más de 85 centímetros de altura para propiciar que estos se puedan adaptar al suelo para reforestado y no mueran. Durante cinco años se les da el seguimiento puntual y en diez años se espera que puedan ya alcanzar una altura de cinco metros.
Otras tipo de plantas recuperadas son: el tejocote, laurel, cactáceas, bromelias entre otras.
En el municipio de Omitlán, a unos kilómetros de dónde las empresas laboran las 24 horas del día, se en localiza un terreno particular habilitado para tal objetivo. En este espacio, el ingeniero explica que el arbolado será cuidado con los nutrientes necesarios, tanto por los propietarios como por personas especializado.
"Una característica es que algunos de estos predios enfrentaron algún incendio forestal, así que es un doble beneficio porque los propietarios ya no tienen que comprar árboles, nosotros los proporcionamos y durante 20 años están vedados de cualquier tipo de tala", expuso.
Y añadió que en estas hectáreas una vez que los individuos son adultos se pueden acreditar para la compra de bonos de carbono que junto con la Conafor se gestionan y permiten preservar el medio ambiente, por el contrario, se aportan recurso para cuidar de los bosques.
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