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Mil 314 niñas y adolescentes de 1 a 17 años víctimas de violencia fueron atendidas en hospitales de Hidalgo. El 76 por ciento de los casos registrados en 2023 se relacionaron con agresiones familiares como la que vivió en su casa Ximena, violentada de manera física, emocional y sexual por su padrastro.
El nombre de Ximena no es real para proteger su identidad, pero sí lo es la violencia que vivió a lado de la pareja de su mamá, como lo demuestra una sentencia que emitió el Poder Judicial del Estado.

Cuando ella descansaba en su habitación, el agresor entró, se desvistió mientras le hacía señas obscenas con su mano. En otra ocasión la insultó, la golpeó en el brazo y le dijo que su papá la había abandonado porque no la quería.
La violencia familiar como la que padeció Ximena refiere a todo acto de poder u omisión que causa daño y ocurre dentro o fuera de casa.
También contempla hechos encaminados a dominar, someter o agredir de manera física, psicoemocional, sexual, verbal, patrimonial o económica, como lo establece la ley estatal para la Atención y Sanción de la Violencia Familiar.

Incluso, las lesiones contra niñas y adolescentes posicionaron a Hidalgo en el sexto lugar a nivel nacional por los mil 314 casos atendidos en clínicas de la entidad.
Así lo revela el registro de lesiones de la Secretaría de Salud, cuyos datos publicó la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), mismos que colocan al Estado de México al inicio de la lista con 5 mil 648 casos, le sigue Guanajuato con 2 mil 868 y Jalisco, mil 627.
En cuarto lugar, se ubica Veracruz con mil 580, mientras que hospitales de Chihuahua atendieron a mil 322 niñas y adolescentes. El listado lo continúa Hidalgo que se localiza en el lugar seis de los 32 estados del país.

La diferencia es que la entidad hidalguense está entre las primeras posiciones a pesar de que su población es menor en comparación a los estados que encabezan el listado.
Dicha tendencia se extiende a la violencia sexual infantil, ya que registros de egresos hospitalarios sitúan a Hidalgo en el octavo lugar en todo el país. Al cierre de noviembre de 2024 había 25 casos de estos, cuatro involucraban a niños y 21 en agravio de niñas, como Ximena.
Por el abuso sexual y la violencia familiar, el padrastro recibió una sentencia de seis años con seis meses de prisión, una multa superior a los 23 mil pesos y una reparación del daño de 32 mil pesos resolvió un Tribunal de Enjuiciamiento del Sistema Penal Acusatorio y Oral de Pachuca.
Ximena percibía su ambiente familiar en estado de alerta y con temor a los adultos, particularmente a su padrastro. Los sentimientos de miedo y los indicadores de ansiedad se encuentran en personas que han sido víctimas de violencia familiar, documentan los dictámenes psicológicos que derivan de este asunto.
La mayoría de las víctimas en Hidalgo que visibilizó la Redim en su informe “Violencia contra infancia y adolescencia en México” tenían entre 12 y 17 años (985).

El grupo de edad que le sigue es el de 6 a 11 con 290 lesionadas, que es al que pertenece Ximena, de 10 años. Y en menor medida, el registro muestra 39 víctimas de 1 a 5 años.
Tan solo en mayo de 2023, una niña de tres años fue diagnosticada con traumatismo craneoencefálico por los golpes que recibía de su papá.
El individuo fue detenido luego de un cateo en el fraccionamiento Privadas del Sol de Zempoala que se logró gracias a una llamada anónima en la que se alertó de las agresiones. La mamá de la niña también fue aprehendida.
En total fueron cinco personas localizadas en la casa donde golpeaban a la menor. Los detenidos, incluyendo a los padres, se dedicaban al narcomenudeo en esa región.
La Ley para la Atención y Sanción de la Violencia Familiar en Hidalgo también indica que la omisión es un tipo de agresión. En agosto del año pasado una niña de seis años fue localizada deambulando por la colonia Nopancalco de Pachuca.
Cuando la Policía Violeta la encontró vestía unos zapatos de piso con un pantalón deportivo azul y una playera de manga corta rota del hombro, la pequeña relató que salió de su hogar porque sus cuidadores la dejaban sola, le pegaban y maltrataban físicamente.
María Constanza Tort San Román, quien fungió como encargada del despacho de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), consideró que a las infancias se les respetan sus derechos “a medias”.
Indicó que tienen derecho a comer, a la salud y a un ambiente de seguridad, pero puntualizó que hay más derechos que únicamente sobrevivir y supervivir.
También reconoció que existe una problemática estructural “complicada, añeja y llena de obstáculos”, por lo que puntualizó que se requiere de la sinergia de la sociedad civil y el Estado, así lo mencionó durante el reciente lanzamiento de Suma Alternativas, una estrategia nacional para los cuidados de la niñez y adolescencia.
En el periodo que se tomó en cuenta, también ingresaron a hospitales de Hidalgo 565 niños y jóvenes que aún no cumplían la mayoría de edad, víctimas de violencia familiar y no familiar.
La diferencia radica en que el 70 por ciento de la totalidad de personas lesionadas y atendidas en clínicas de la entidad hidalguense fueron niñas y adolescentes.
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