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Que los candidatos del Partido del Trabajo (PT) afines al Grupo Universidad señalen persecución política, es una actitud de cinismo, indicó Alfredo Rivera Flores, autor del libro “La Sosa Nostra” que publicó el 18 de mayo de 2004.
A dos décadas de la publicación, Rivera Flores recibió un reconocimiento y narró cómo fue que durante 16 años enfrentó un proceso judicial tras ser denunciado de daño moral.
Los señalamientos provinieron de Gerardo Sosa Castelán, expresidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), resguardado actualmente en prisión domiciliaria por señalamientos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Sosa Castelán pertenece al llamado Grupo Universidad, del cual emanaron candidatos que buscan un cargo en estas elecciones bajo las siglas del partido de la estrella, quienes han denunciado públicamente una presunta persecución política del gobierno estatal.
Uno de los candidatos petistas que realizó los señalamientos es Oscar Damián Sosa Castelán, hermano de Gerardo, este último fue el que denunció al escritor de “La Sosa Nostra: porrismo y gobierno coludidos en Hidalgo”.
En ese contexto, el autor Alfredo Rivera consideró que a sus 83 años de edad ha percibido “muchas actitudes cínicas” y que los señalamientos de persecución es una de ellas, “entre otros males que tiene” el Grupo Universidad. “Por cierto, de una vez diría que no son ningunos tarugos, saben mover el abanico para las malas artes”, agregó.
De igual manera, indicó que este grupo político se adueñó de la Autónoma del Estado de Hidalgo y que por ello existe “una necesidad urgente de desmantelar el poderío interno dentro de la universidad”.
Para lo anterior, ejemplificó el paro que por meses sostuvieron estudiantes del Instituto de Artes (IDA), auxiliados por padres y madres de familia, así como por la sociedad civil.
También recordó que una medida legal importante sería la modificación de los estatutos de la UAEH a través de un Congreso local que apruebe leyes “que no les beneficien a los detentadores del poder”, dijo.
Tras la publicación de la Sosa Nostra y la posterior sentencia que recibió de un juez, Alfredo Rivera reconoció que, aunque existieron “muchos problemas y a pesar de los pesares, lo volvería a escribir”.