La tradición y el arte de bordar tenangos, emblemáticos del estado de Hidalgo, se hacen presentes en la Feria de San Francisco Pachuca gracias a una destacada pareja de artesanos provenientes de Tenango de Doria.
Dentro del pintoresco pabellón artesanal de la feria, se encuentra el puesto de esta Eliel Martínez y Eugenia Rosales, quienes llevan dos décadas dedicados a la confección de auténticos tenangos, siguiendo la enseñanza de sus antepasados. Los artesanos, oriundos de la Sierra Otomí-Tepehua, plasman su creatividad puntada tras puntada en llaveros, aretes, camisas, blusas, vestidos, sudaderas y caminos de mesa, todos elaborados a mano con esmero y dedicación.
“Se refleja la flora y la fauna de nuestra región, es donde se le da colorido a cada uno de los dibujos plasmados en tela”, mencionó Eliel Martínez.
Un detalle que hace aún más especial su trabajo es el tiempo invertido en cada pieza. Por ejemplo, un mantel de dos metros cuadrados puede llevar hasta un año de labor, dependiendo de la complejidad del diseño. Para dar vida a sus obras maestras, utilizan hilos de algodón y manta de la más alta calidad.
El orgullo por su oficio y la responsabilidad de preservar esta tradición que representa a Hidalgo a nivel nacional e internacional es evidente en las palabras del artesano. No obstante, también hace un llamado a las autoridades para proteger sus diseños de posibles plagios por parte de marcas de ropa que se han inspirado en la flora y fauna de Hidalgo en años recientes.
“La desgracia es que no los han pirateado marcas de mucho prestigio que obtienen beneficios enormes y nosotros nos quedamos con lo de siempre”, lamentó el hidalguense.
Cuando la feria no está en temporada, esta pareja exhibe y comercializa sus coloridas creaciones en el tianguis dominical de Tenango de Doria. Entre semana, desde la comodidad de su hogar en el centro del municipio, continúan ofreciendo sus auténticas artesanías.
A pesar del éxito que han tenido en la feria de Pachuca, los artesanos lamentan el regateo en el precio de sus prendas, pero siempre defienden con orgullo su trabajo. Subrayan que cada diseño es único e irrepetible, pues están inspirados en las experiencias y emociones de cada persona, y aunque pueda haber similitudes, siempre varían las figuras y los colores.
“En primer lugar, es una obra de arte, en ella está parte de nuestra vida y sobre todo la calma y la paciencia para elaborar una pieza”, argumentó el artesano.
Nota relacionada: Presumen en Feria de San Francisco Pabellón Turístico