Ante la falta de contenedores, los locatarios del mercado Primero de Mayo sacan su basura a la calle, justo enfrente de la plaza Constitución. Lo que provoca que los desechos se escurren y dejan líquidos residuales, que al quedar expuestos al calor y apestan todo el lugar.
Después de las 6 de la tarde los comerciantes amontonan sus bolsas de basura en la esquina de la citada plaza. La calle se convierte en basurero por varias horas, en lo que el camión recolector pasa y se la lleva. Sin embargo, nadie limpia el escurrimiento, conocidos como lixiviados, ni los restos que quedan. Y al estar todo el día expuestos al clima, se intensifica el olor de los desechos.
Vendedores que se instalan en las inmediaciones del mercado y del antiguo palacio de gobierno narraron que en los últimos 3 meses ahí dejan su basura, para que en la noche sea recolectada. No obstante, aseguran, a veces no se llevan toda.
Este olor fétido afecta las ventas, debido a que principalmente comercializan comida, señalan.
La falta de un depósito ha originado este escurrimiento de los desechos que se quedan en la calle. Además, de espantar a los compradores, hace lo mismo con personas que buscan sentarse en las jardineras del parque o de los turistas que visitan el centro histórico.
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