El camino de acceso a un empleo digno no es tarea sencilla para los pachuqueños, por el contrario, es sinuoso por el incremento de la informalidad, pues es tierra fértil para la precariedad laboral.
En la capital de la entidad convergen todos: egresados sin empleo, ambulantaje en las calles principales de la ciudad, salarios deficientes, carencia de seguridad social y hasta “nenis”, una nueva modalidad de ocupación informal que surgió tras la pandemia.
Es el medio día en Pachuca, bajo un sol incesante en el Fraccionamiento Colosio, y sobre la avenida Ayuntamiento, en una casa modesta, con techo de láminas y donde lo único que tiene color es una ventana color café y un zaguán azul que no se abre. Afuera hay un negocio improvisado, lazos que parecen no aguantar más pero soportan la ropa usada, zapatos y hasta juguetes. La pequeña lona de tres metros no alcanza a cubrir todo lo que Micaela Hernández tiene para vender.
Ella es una de las personas que se ubican en el espectro de la ocupación informal. Relata que en 2021, durante la pandemia de Covid-19, su esposo murió como consecuencia de un cáncer. Tiene un hijo de 14 años con autismo. Tras la muerte de su compañero de vida, no sabía qué hacer para costear sus gastos de alimentación, principalmente.
Gracias a una vecina que se motivó a instalar un bazar en su domicilio con ropa y otros productos que le regalan. Comparte que cada dos meses, su hijo recibe el apoyo para personas con discapacidad, cifra que apenas alcanza los 3 mil 100 pesos “y con eso la vamos pasando, a veces nos regalan comida y ya nos ahorramos un poco".
En la primera semana de marzo de este año, vendió apenas 250 pesos y “cuando las ventas están bien” alcanza los 500 y 600 pesos, “pero es muy difícil”.
Cuando puede, intenta enseñarle las vocales a su hijo, pero comparte que no lo lleva a una institución educativa porque no tiene dinero para pagar mil 800 pesos en una escuela privada; “en las escuelas públicas lo hacían a un lado”.
“Hago esto por la gente que me ha ayudado, por eso tengo esta ocupación, hay días buenos, otros malos, pero tengo la satisfacción de poder estar con mi hijo”, comenta Micaela.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por INEGI, la población ocupada en la capital de la entidad, asciende a 217 mil 121 personas; sin embargo, 111 mil 817 pachuqueños, el 51.5 por ciento, que dijeron tener empleo o estar ocupados, se encontraban en la informalidad laboral, es decir no contaban con prestaciones,
Del total de población ocupada, el 8.9 por ciento, 19 mil 324 están subocupados, lo que significa que tienen la necesidad y disponibilidad de trabajar más horas, pero no hay trabajo remunerado.
La ENOE reveló que en el cuarto trimestre de 2023, Pachuca registró un 28 por ciento de trabajadores con ocupación informal, es decir, 60 mil 794 habitantes se encontraban trabajando en actividades como puestos de comida, tiendas de abarrotes de colonias, e incluso puestos ambulantes que no cuentan con un registro, aunque sí generan ingresos.
A finales de año, la encuesta destacó que el desempleo en Pachuca era del 2.6 por ciento, indicador bajo, pero que impacta a 7 mil 228 personas aproximadamente; mientras que un 8.7 por ciento de personas tienen una ocupación parcial, es decir, que trabajan algunos días, pero que no siempre reciben un pago mínimo.
Otro de los indicadores alarmantes es la tasa de condiciones críticas de ocupación, donde 53 mil 846 personas están afectadas, el 24.8 por ciento, que presentan condiciones inadecuadas y que se combina entre el tiempo de trabajo y los ingresos que perciben.
Al respecto, el investigador Carlos Mejía Reyes, de la Universidad Pedagógica Nacional, con sede en Hidalgo, explicó que la informalidad se refiere a las actividades laborales que no tienen prestaciones de servicios básicos de salud. “Hidalgo siempre ha estado en condiciones de informalidad e incluso con la pandemia este fenómeno se agudizó”, dijo.
Y explicó que la precariedad laboral son aquellas condiciones inferiores a las que establece la ley para trabajar.
- Hola neni, te envío mensaje para confirmar tu compra. - Esa blusa se te verá perfecta y tengo tallas disponibles, neni. - ¿Neni, me confirmas si nos vemos en el Reloj a las 10 de la mañana para la entrega? Así se comunican para realizar sus ventas.
Es otra alternativa de trabajo que cobró mayor fuerza durante la pandemia por coronavirus; unas lo hacen por falta de tiempo, otras por la necesidad de dinero, muchas por la falta de empleo, pero todas tienen un denominador común: es una forma de autoempleo aunque sea informal.
Fernanda Borbolla es dueña del emprendimiento digital, “El garage del dinosaurio” y su finalidad fue crear un negocio propio porque los empleos que existen actualmente no son bien pagados.
“Ser neni nos brinda la posibilidad de ganar buen dinero, algo que no pasa cuando se trabaja para alguien más porque se paga mal y hay hasta explotación”, dice Fernanda.
Esta modalidad consiste en ofertar productos, mayoritariamente ropa. A través de redes sociales acuerdan citas en puntos geográficos muy conocidos y ahí realizan las entregas; el pago puede ser en efectivo o vía transferencia bancaria.
Otras, como pasa en el Jardín del Arte, incluso en la asta bandera de Plaza Juárez, llegan con sus bolsas o maletas para exhibir sus prendas o sólo para realizar entregas.
Trabajar a veces, otra dificultad cada semana, la señora Verónica Alamilla Uribe, de 51 años, tiene la certeza de que trabajará solo tres días, no porque ella lo decida, sino porque es la oferta de sus empleadores. Su actividad consiste en hacer la limpieza en un hogar.
Como ella, 18 mil 890 habitantes de Pachuca tienen una ocupación parcial, es decir, que trabajan algunos días y que su salario, en consecuencia, es insuficiente para cubrir los gastos de un hogar. Vecina de la colonia Ampliación de El Palmar, cuenta a El Universal Hidalgo que percibe un total de mil 50 pesos a la semana; sin embargo, esta modalidad le ha permitido modificar sus labores toda vez que el horario le facilita, por ejemplo, hacer otras actividades en su casa.
“Muchas veces la edad influye porque ven que ya estás grande y que, según ellos, no serás tan útil, pero hay quienes todavía tienen que sostener un hogar, cubrir gastos de alimentación, pagar los servicios”, comenta.
El camino seguirá igual de difícil, pero también se puede agravar como ya sucede en la Bella Airosa donde el ambulantaje se ha apropiado de las calles. Y va en aumento.