En la Feria de San Francisco Pachuca, entre los destellos de las luces y el bullicio de la multitud, se encuentra Miguel Ángel Alonso Hernández, un trabajador que dedica largas jornadas a la rueda de la fortuna, una de las atracciones emblemáticas de esta fiesta anual.

Originario de Pénjamo, Guanajuato, Miguel nos lleva a un viaje detrás de la magia que se esconde esta majestuosa estructura.

“Estamos acostumbrados a este jale, para nosotros no se nos hace pesado, es muy bonito trabajar”, aseguró Miguel Ángel.

El armado de la rueda de la fortuna, una verdadera obra de ingeniería, ocupa un total de dos días. Miguel y su equipo no solo montan esta monumental atracción, sino que también se encargan de su mantenimiento constante. Esto incluye la minuciosa limpieza de las cabinas, la revisión de pernos y chavetas, así como el engrasado meticuloso de los engranes que hacen que esta rueda de 32 metros de altura, la segunda más alta del país, funcione sin contratiempos.

A pesar de las largas horas de trabajo, el día a día de Miguel se ilumina gracias a la amistad de sus tres compañeros de trabajo, quienes también se han convertido en sus grandes amigos, Iván, Héctor y Gustavo.

Entre luces y amistad, así es trabajar en la rueda de la fortuna | Foto: Josué Ortiz
Entre luces y amistad, así es trabajar en la rueda de la fortuna | Foto: Josué Ortiz

Además, Miguel no está solo en esta aventura itinerante, ya que su esposa e hijo lo acompañan en cada gira por la República Mexicana. Después de Pachuca, su próximo destino será Colima y, posteriormente, Culiacán, donde instalarán otra de estas emocionantes atracciones mecánicas.

Sin embargo, trabajar en eventos de este tipo tiene sus pros y contras. Aunque Miguel tiene la oportunidad de conocer diversos estados de México, el ritmo de trabajo no le permite descansar más de un día por cada feria que visitan. La vida de un feriante está llena de sacrificios, y uno de los más notables es la ausencia en las festividades decembrinas. Los trabajadores de la empresa encargada de los juegos mecánicos, en lugar de volver a casa para Navidad o Año Nuevo, celebran estas fechas en Culiacán, Sinaloa, junto a quienes se han convertido en su segunda familia: sus compañeros de trabajo.

Entre luces y amistad, así es trabajar en la rueda de la fortuna | Foto: Josué Ortiz
Entre luces y amistad, así es trabajar en la rueda de la fortuna | Foto: Josué Ortiz

Su vida en la Feria de San Francisco es una historia de esfuerzo y camaradería, en la que el brillo de las luces de la rueda de la fortuna se mezcla con el resplandor de la amistad y la unidad entre los trabajadores feriantes.

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