Dicia Apodaca González, originaria de Veracruz, es rescatista de animales en Pachuca. Desde los cinco años de edad tomó conciencia sobre el cuidado de las mascotas y fue así como comenzó a salvaguardar la vida de perritos y gatitos callejeros.
Al llegar a la capital hidalguense, Dicia empezó a colocar alimento para los animales que lo necesitaran cenca de un arbusto en la calle Guerrero del Centro Histórico, hasta que una noche, un sujeto en estado de ebriedad arrancó el pequeño árbol. Más tarde, con ayuda de su papá decidió montar otro arbusto, pero esta vez en forma de perro con el objetivo de crear conciencia en los habitantes que por ahí transitan, convirtiéndose en un homenaje al rescate animal.
Actualmente, con permiso de la presidencia municipal de Pachuca, Apodaca González colocó un puesto de galletas, donde cada paquete tiene un precio de 50 pesos, con el objetivo de obtener recursos para su causa. También vende flanes para mascotas, este cuesta 15 pesos cada uno y tiene múltiples beneficios tanto para perritos como gatitos.
Actualmente, la animalista vive con Domingo, Galleta, Botitas y Belinda (quien ya encontró una nueva familia adoptante), además tiene siete gatos para dar en adopción.
A la semana, Dicia compra un costal de croquetas para alimentar a sus peludos amigos. También les prepara pollo con arroz y verduras de vez en cuando. Y si llega a venir otro perrito desconocido le ofrece alimento y agua.
Apodaca González comentó que esporádicamente, gente de buen corazón le dona bultos de croqueta y accesorios para mascotas. Sin embargo, ella lidia mes con mes, sola, con los gastos.
En el tema de salud, igualmente Dicia se encarga de pagar la atención veterinaria cuando sus mascotas lo requieren, aunque comentó que en un par de ocasiones un médico, cuyo negocio se encuentra en la misma calle, la ha apoyado.
La animalista relató que se ha enfrentado a varias problemáticas desde que empezó su labor rescatista en Pachuca, sin embargo dijo que prefiere olvidarlas y mejor recordar los buenos momentos que ha pasado en compañía de estos seres peludos de cuatro patas.
A pesar de haber tenido malas experiencias, Darcia recalcó que no van a parar su noble labor y prometió seguir rescatando a los callejeros por el resto de sus días.
Domingo, un perro negro, fue abandonado a pies del Reloj Monumental cuando era un bebé tras ser atropellado, ahora camina un poco chueco debido al accidente. Se cree que un motociclista fue el culpable, ya que le tiene pavor a las motos.
A Belinda, una cruza de Schnauzer, la abandonaron en la puerta de Dacia, la patearon tantas veces al grado de estar asustada durante tres meses debajo de la cama.
Galleta, una perrita amarrilla, llegó un día con los ojos hinchados porque le arrojaron limpiador de pisos, demás presentaba un cuadro severo de desnutrición. Aunado a eso, tenía un tumor de mamás, el cual gracias a la atención de Dicia, le fue extirpado. Ahora es la edecán del puesto y la más coqueta.
Botas, un greñudo negro con patas blancas, fue dejado por su madre biológica junto con su hermano Capitán, pero un mal día fue atacado por perros pitbull terrier. Tras estar un año internado en una clínica veterinaria quedo dañado de sus patas, por lo que ahora le cuesta caminar.
Cabe recordar, que Domingo y Galleta fueron adoptados tiempo atrás, pero se escaparon para volver a casa.
Anteriormente, también estaban Paleta (rescatada tras ser atropellada) y Limonada, pero afortunadamente fueron adoptados en el transcurso de este año.
El caso de Peluche es distinto, él no vive con ellos, pero los visita en algunas ocasiones para que le regalen comida y un buen baño. Después de eso, todo guapo y contento se regresa a la vagancia.
Aquí no todo es perros, también está Momo, la primer residente en la casa. Hace 13 años cuando llegó Dicia a Pachuca, se encontraba muy triste pues no tenía dinero para comer, de repente apareció una gatita que la consoló y dio las fuerzas para salir adelante.
No cabe duda que esta mujer tiene una conexión especial con los animales, historias tiene muchas, pero tiene más un gran corazón. Este proyecto se llama ‘Huellitas de mi corazón’ porque cada una de estos cachorros han dejado una marca en su vida.