En recientes semanas se llevó a las pantallas de streaming dos producciones que tienen como centro a una de las organizaciones religiosas que aparentemente tienen más seguidores en nuestro país, los líderes de La Iglesia de la Luz del Mundo son el centro de señalamientos legales y mediáticos dentro y fuera de México que mencionan delicados temas de abuso sexual, pornografía y trata de blancas.
En nuestro país no son nuevos los casos de lideres sectarios, en mayor o menor tamaño, que han sido señalados como responsable de diversos actos criminales, desde la mal llamada secta de los Narcosatánicos, pasando por los seguidores de la reencarnación de Coatlicue hasta una lideresa religiosa que ordenó asesinar ancianas y niños en el Estado de México.
En El Universal de Hidalgo, más allá de hacer un recuento de casos, buscamos en la criminología algunas de las características de estas sectas y sus lídere s. Para el sociólogo Bryan Wilson (1970) “Las sectas son agrupaciones de carácter voluntario, con un fuerte sentido de identidad, que exigen de sus miembros un sometimiento pleno y consciente que, si no llega a eliminar todos los demás compromisos, debe, al menos, situarse por encima de ellos, ya se refieran al Estado, a la tribu, a la clase o al grupo familiar. Se consideran a sí mismas como una élite, como un grupo aparte, una salvación para el alma absolutamente exclusiva”.

El eje central de las sectas son sus lideres, el poder de convencimiento que estos tienen y el encantamiento que son capaces de reflejar ante las masas. Las sectas se manejan de manera vertical de la misma manera que lo hacen las agrupaciones del crimen organizado, buena parte de la solidez de la asociación depende del origen del grupo y el rol del líder, la estructura de poder o relación entre el líder (o líderes) y los seguidores y el uso de un programa coordinado de persuasión (llamado reforma del pensamiento o, más comúnmente, lavado de cerebro).
Los líderes de sectas son personas autodesignadas y persuasivas que afirman tener una misión especial en la vida o poseer un conocimiento especial, suelen ser decididos y dominantes, a menudo son descritos como carismáticos que centran la veneración en sí mismos. Cuando el líder sectario entra en crisis se siente perseguido de forma continua y presenta ideas constantes de autorreferencia, está en estado de alerta continuo sobre lo que sucede a su alrededor, percibe el mundo exterior a la secta (exogrupo) como hostil y amenazante y no acepta sus errores o debilidades ni tampoco las críticas además de mostrarse frío y poco emotivo al sufrimiento ajeno.
¿Cómo funcionan las sectas?
Las sectas basan su funcionamiento en el constante reclutamiento de nuevos integrantes del culto, para ello entran a un proceso de atracción-seducción donde se cuidan mucho las primeras relaciones con el prospecto identificado ya que de ellas el sujeto extrae las primeras impresiones del grupo y realiza sus primeras valoraciones.
Esta fase suele estar guiada por la intención de impactar agradablemente el ámbito afectivo del sujeto, conmoverlo profundamente y hacerle sentirse querido y protegido.
Regularmente las sectas utilizan una serie de estrategias para reclutar nuevos miembros: suelen utilizar un familiar o amigo que ya pertenece el grupo o un extraño que entabla amistad con el prospecto, se acostumbra usar a una persona del sexo apuesto al del próximo creyente que es invitado a un evento o convivencia organizado por el grupo religioso.
Por difícil que resulte, con la experiencia de los grupos religiosos mencionados, es de vital importancia mantener altos niveles de raciocinio al momento de elegir dónde depositar la fe para evitar caer en experiencias desagradables