Son los habitantes de las alturas de Pachuca. Ellos decidieron construir un hogar en lo alto de un cerro, apostados sobre barrancos o laderas que parecen caer ante la vista desde abajo. Ahí construyeron sus viviendas hace más de 40 años.

No tienen miedo de vivir con el riesgo permanente de que, en cuestión de segundos, su patrimonio desaparezca ante el desprendimiento de rocas.

Basta con transitar con dirección hacia Real del Monte (sobre la antigua carretera) a la altura del barrio La Españita para que al mirar hacia la derecha nos encontremos con las casas del barrio San Nicolás; y al mirar hacia la izquierda vemos en las alturas a las viviendas de El Arbolito y la Nueva Estrella.

En el trayecto hacia lo más alto de este último barrio camina con paciencia el señor Rodolfo Garnica Soto, de 78 años. La calle ya presenta una inclinación considerable que permite ver a casi toda la ciudad que durante años fue un centro principal para la extracción de plata.

“Aquí y más allá arriba (en el barrio Nueva Estrella) no hay miedo de vivir, la gente lleva años con sus casas y nunca ha pasado una tragedia sobre el derrumbe de un cerro. Hay vecinos que luego cuentan que hay personas que suben al cerro y arrojan piedras hacia las casas, pero es lo único. Lo que sí hace falta son servicios, el agua falla mucho”, relata el señor Garnica mientras sostiene una bolsa de mandado desgastada.

Vivir al borde del abismo, la cotidianidad de los habitantes en las alturas de Pachuca | Foto: Ricardo Calleja
Vivir al borde del abismo, la cotidianidad de los habitantes en las alturas de Pachuca | Foto: Ricardo Calleja

Desde lo alto de El Arbolito se visualiza lo que ahora es la Hacienda de Beneficio de Loreto, ubicada en lo que se conoce como San Juan Pachuca, propiedad de la compañía minera Real del Monte.

Las compañías mineras fueron muy injustas con Pachuca, lamenta don Catarino Zúñiga Hernández quien ingresó a trabajar a la mina de San Juan Pachuca a los 14 años debido a la necesidad que padecía su familia. Muestra una fotografía del siglo XIX donde aparecen 15 personas adultas. Intentan sonreír. En el centro y en cuclillas está un niño. Como si hubiese ido de excursión, pero no, fue a trabajar en la extracción del metal añorado: la plata. Hoy don Catarino tiene 76 años y vive en el declarado barrio mágico El Arbolito.

Reprocha que a pesar de que la región fue muy productiva para la minería, en Pachuca hay un gran contraste entre lo que son ciudades como Zacatecas y Guanajuato donde se heredaron riquezas arquitectónicas para sus habitantes.

“Aquí nos dejaron unos cuantos edificios y párele de contar”.

Entre esas construcciones está el edificio Cajas Reales donde se recolectaban los impuestos que pagaban los dueños de las minas a la Corona Española. A unos metros del mercado Benito Juárez, permanece en el abandono y con deterioro.

También permanecen el exhospital de San Juan de Dios, hoy edificio central de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). A unos pasos del Reloj Monumental está el edificio Bancomer y también la Casa Rule, sede del gobierno municipal.

Vivir al borde del abismo, la cotidianidad de los habitantes en las alturas de Pachuca | Foto: Ricardo Calleja
Vivir al borde del abismo, la cotidianidad de los habitantes en las alturas de Pachuca | Foto: Ricardo Calleja

En Pachuca, viviendas de 26 barrios y colonias se encuentran en riesgo permanente de ser afectadas por el desprendimiento de bloques de rocas y por hundimientos, de acuerdo con el Atlas de Riesgo del Estado de Hidalgo (AREH).

Entre estas, por desprendimiento de rocas, se ubican casas con riesgo alto en El Porvenir, la Nueva Estrella, Barrio San Nicolás, La Alcantarilla y El Tezontle.

Mientras que 13 colonias también están con la amenaza constante por hundimientos y son el barrio El Arbolito, Nueva Estrella, Camelia, El Lobo, Cubitos, Veta Falla Encino, Xotol, San Rafael, San Nicolás, Buenos Aires y El Tunel.

El AREH refiere que todos esos barrios y colonias tienen un peligro alto, pues las familias construyeron sus hogares sobre zonas mineras antiguas, es decir, en lugares donde se hayan tiros y túneles que fueron utilizados por los trabajadores para extraer plata desde el subsuelo.

Ahora los papeles se invirtieron. Las personas viven en la superficie, pero ya sin plata y otros metales que atrajeron a extranjeros durante años anteriores. Hoy continúan su vida bajo el riesgo, pero ya no por los contaminantes químicos, sino por hallarse sobre cerros y laderas, en la periferia de lo que fue la compañía Real del Monte.

Cantidad de hectáreas de Pachuca en situación de riesgo:

  • Riesgo alto por inestabilidad de laderas: mil 240.1 hectáreas, el 8.11 porciento.
  • Riesgo medio: mil 777.8, el 11.9 por ciento.
  • Riesgo bajo: 12 mil 191.6 hectáreas, el 79.9 por ciento.
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