Un cocodrilo de aproximadamente 1.5 metros fue capturado por personal de Protección Civil en Santiago Tulantepec, luego de que vecinos reportaran la desaparición de varias gallinas, que presuntamente habrían sido devoradas por el reptil.
Aún no se ha confirmado si el animal era propiedad de algún residente de la zona, y las autoridades informaron que el ejemplar fue trasladado al Zoológico Municipal de Tulancingo para su resguardo.
La captura del cocodrilo, que ocurrió en la comunidad de Paxtepec, duró más de cinco horas. Fue atrapado con una "trampa" y posteriormente asegurado para su traslado al zoológico.
Este incidente despertó el interés por las especies de cocodrilianos que habitan en México, donde existen tres: el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii), el cocodrilo de río (Crocodylus acutus) y el caimán (Caiman crocodilus).
Durante la década de 1970, las poblaciones de estas especies estuvieron en peligro debido a la caza y al comercio descontrolado de sus pieles.
En particular, los cocodrilos son altamente valorados por la calidad de su piel, lo que los convirtió en objetivo de captura intensiva en México y Centroamérica, llevando a algunas especies a una situación crítica de conservación.
El cocodrilo de pantano, que puede medir entre 3 y 3.5 metros en su etapa adulta, es una de las especies más comunes en México.
A pesar de ser nativo del sureste del país, se ha reportado su presencia en diversas zonas, incluidas Áreas Naturales Protegidas y sitios RAMSAR, como en los estados de Campeche, Tabasco, Veracruz, y recientemente en San Luis Potosí y Tamaulipas.
Aunque se desconoce cómo llegó el cocodrilo a Hidalgo, la rápida intervención de las autoridades evitó que pudiera representar un peligro mayor para la población local.
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