A 105 años de la muerte de Clara Krause, sus cenizas fueron repatriadas de Estados Unidos a México, específicamente al Panteón Municipal de Pachuca, Hidalgo, donde también están los restos del general Felipe Ángeles, su esposo.

El 26 de noviembre de 1919 el hidalguense originario de Zacualtipán fue fusilado en el Cuartel del 21 Regimiento de Caballería de Chihuahua.

Solo 12 días después, también perdió la vida su esposa Clara Krause, quien se había mudado junto con sus cuatro hijos a Nueva York, donde sus restos se quedaron en un cementerio católico con la esperanza de ser repatriados.

Momentos previos a su fusilamiento Felipe le escribió a Clara: “Tengo la más firme esperanza de que mis hijos serán amantisimos para ti y para su patria. Diles que los últimos instantes de mi vida los dedicaré al recuerdo de ustedes”.

Sin saber de aquella carta y tampoco sobre la sentencia de muerte de su esposo, Clara Krause en los últimos instantes de su enfermedad terminal le escribió al General: “Querido Felipe, lamento dejarte viudo y a mis hijos huérfanos. Muero con la seguridad de que cuidarás de nuestros hijos como el gran y amoroso padre que eres”.

En su escrito agregó: “Espero encontrarte en un lugar no muy lejano, donde no exista el tiempo y vivamos tan felices como siempre hemos vivido”.

Depositan cenizas de Clara Krause en panteón de Pachuca | Foto: Luis Soriano
Depositan cenizas de Clara Krause en panteón de Pachuca | Foto: Luis Soriano

Después de un siglo alejados, finalmente este 26 de agosto se reencontraron para unirse eternamente en el panteón de la capital hidalguense, donde ya se ubicaban los restos del héroe de la Revolución Mexicana.

Las cenizas de Clara Krause llegaron la mañana de este lunes al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) tras un proceso de repatriación que inició su nieta María Eugenia Ángeles Sánchez y previo a una ceremonia de despedida celebrada en la última semana de junio en la catedral de San Patrick de Nueva York.

“Profesándose un gran amor que podemos dilucidar en sus cartas de despedida mutuamente enviadas y que por azares del destino no las pudieron leer por estar próximos a morir (…) Clara esperaba reencontrase con él en un futuro cercano, en un lugar donde no existiera el tiempo y ahora finalmente descansará a lado de su amado Felipe”, expresó María Eugenia.

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