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El diputado José Luis Rodríguez Higareda solicitó a Zoé Robledo, titular del Instituto Mexicano el Seguro Social (IMSS) que se realicen estudios para observar la viabilidad de la rehabilitación de la clínica No. 6 ubicada en Tula de Allende y lograr su reapertura, pues fue cerrada tras la inundación de septiembre de 2021.
El legislador emanado de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) señaló que si bien fue buena la iniciativa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de construir un nuevo hospital de especialidades en Tlaxcoapan, para los habitantes de Tula resulta complejo trasladarse a Tlaxcoapan para recibir atención médica, debido a que la distancia y el costo del pasaje.
“Los tulenses tienen que hacer viajes de hasta dos horas de camino para llegar a ese hospital porque para llegar se deben usar varias rutas de transporte público. Por ejemplo, de Santa Ana a Huehuepan se hacen casi dos horas con un costo de 54 pesos; de Pueblo Nuevo (cerca de Cruz Azul) hacen dos horas y 43 minutos; de Macuá 126 minutos y cuesta hasta 74 pesos”, explicó Rodríguez Higareda.
José Luis Higareda solicitó el apoyo del resto de diputados para que se exija al IMSS realizar las gestiones para la rehabilitación y reapertura de la clínica No. 6 ubicada en el centro de Tula de Allende. “Ir hasta Tlaxcoapan implica gastar tiempo y dinero que muchas veces la gente no tiene”.
El legislador puntualizó que la clínica de Tula de Allende brindaba un sistema preventivo de salud donde después de que los pacientes eran analizados, podían ser canalizados a otro hospital de especialidades. “Se trata de ayudar a la ciudadanía para facilitar el acceso a un servicio de salud más rápido”, dijo.
En otro tema, explicó a El Universal Hidalgo que las instancias de gobierno deben destinar más recursos económicos para combatir el lirio acuático y el mosquito Culex en la presa Endhó.
Y solicitó que los ayuntamientos realicen un monitoreo constante del nivel del río Tula para prevenir afectaciones ante el desbordamiento de este.
“Todos sabemos lo que pasó hace tres años que dejó un saldo de 16 muertos y miles de damnificados, más de 2 mil viviendas dañadas y mucho de ello no se debió a los efectos de la lluvia local, sino a los diferentes cauces pluviales que llegan al río Tula”, aseveró Rodríguez Higareda.