El último lugar donde Estephanie vio a su hermana Esmeralda fue en el patio de su casa situada en Ixtlahuaco, una comunidad de la sierra hidalguense del municipio de Lolotla, a más de 140 kilómetros de la capital de Hidalgo.
Desde entonces ya pasaron más de dos semanas sin pistas de la adolescente de 15 años. La Procuraduría activó una ficha, mientras que la familia de Esmeralda inició su propia búsqueda
“Mi mamá llora todas las noches por ella, para mí es muy doloroso tener una hermana desaparecida, no saber dónde se encuentra, ni en dónde buscarla”, menciona Estephanie.
Esmeralda García Osorio es la más pequeña de cinco hermanos. La última vez que la vieron fue el 21 de febrero de 2024. Su mamá y hermana denunciaron la desaparición en el Ministerio Público (MP) de Molango, que es el más cercano a su localidad situado a unos 30 minutos.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH) activó el reporte FDBHGO/071/2024 que describe a Esmeralda con el cabello largo, lacio y negro, ojos de color café oscuro, estatura de 1.60 y 55 kilogramos de peso.
Al corte del 11 de marzo seguía activa esa ficha y Estephanie sin pistas del paradero de su hermana. Dice que el Ministerio Público la llamó y que le pidió “tener paciencia” y “darle tiempo” a que los agentes de investigación hagan su trabajo.
Sin embargo, Estephanie no esperó y comenzó su propia búsqueda, preguntó con amigas y compañeros de tercer grado de la secundaria donde estudiaba Esmeralda.
Organizó junto con sus familiares recorridos en la localidad de Ixtlahuaco y los pueblos vecinos; la búsqueda más reciente empezó a las 4 de la madrugada del 8 de marzo.
Estephanie, su mamá, su hija de 4 años y su bebé de 10 meses, viajaron más de cinco horas hacia Pachuca, donde se hace la marcha más grande de conmemoración por el Día de la Mujer.
En la Sierra hidalguense no son comunes estas movilizaciones, dice Estephanie, por eso es que se trasladaron hasta la capital, para visibilizar el caso de Esmeralda.
“Si es que ella llega a ver que la buscamos y puede comunicarse con nosotros, que lo haga. Si alguien la tiene o con alguien está, que nos la entreguen porque la angustia nos está matando”.