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"Si Dios nos socorre lo volveremos a intentar", señala Juan Simón un campesino del Valle del Mezquital, quien en este ciclo agrícola perdió más de 25 mil pesos que invirtió en la compra de semilla y en preparar la tierra para la siembra, pero la sequía se lo impidió, no hubo agua suficiente que le permitiera cultivar.
La falta de lluvia que afecta a Hidalgo lleva ya varios años consecutivos, en el ciclo pasado Juan al menos alcanzó a sembrar, pero tampoco hubo ganancias. Esta vez dice que con la esperanza de que se regularizara la lluvia, invirtió el dinero que tenía destinado para sobrevivir unos meses.
Pero el agua que corre por el canal de Xotho que provee de riego a Ixmiquilpan no fue suficiente, “prácticamente fue tirar el dinero pero al menos en mi caso solo perdí mi capital, pero hubo compañeros que se endeudaron en una cooperativa de ahorro para comprar la semilla, tuvieron que dejar la factura de algún carro o una casa y la deuda se mantiene”.
Dice que en el campo están acostumbrados a la pobreza, “sabemos que cuando la tierra no da la situación se pone más difícil y aunque muchos solo comen frijoles y salsa, ahora con lo hijos es más difícil porque necesitan del teléfono y del internet para la escuela, hasta en la educación ha repercutido”, lamenta.
Este año no hubo siembra pero Juan tiene la esperanza de que en noviembre pueda intentarlo en el cultivo de cebada, o esperar a enero por el maíz, mientras dice solo le queda encomendarse a Dios.
Pega gravemente la sequía al campo
Hay escenarios catastróficos que los campesinos no quieren imaginar entre éstos, la sequía y las plagas y desde hace seis años, en Hidalgo esto cada vez es más recurrente. La falta de lluvia ha originado pérdidas millonarias y una baja en el rendimiento de hasta el 50%, lo que ha llevado a que se recrudezca la pobreza en este sector.
La entrada en funcionamiento de la Planta Tratadora de Aguas Residuales que se ubica en Atotonilco de Tula, propició la debacle que se vive en el sector productivo en esta entidad, considera Fernando Sánchez Reina, titular de la unidad de riego de Francisco I Madero.
Explica que esa planta sólo tiene una capacidad de tratamiento de 24 m³ por segundo, y en temporada de estiaje ingresan al estado entre 38 y 44 m³, sin embargo de estos, sólo 24 se envían para riego y el resto se deriva al río Tula.
En el distrito de riego 03 Tula que es uno de los más importantes y grandes de la entidad, ya que abarca 51 mil hectáreas de 14 de marcaciones entre las que se encuentran Tula, Atitalaquia Tlaxcoapan, Tezontepec, Tlahuelilpan, Progreso, San Salvador Actopan, Mixquiahuala, la situación es considerada como grave.
Por hectárea se requieren 50 m³ por segundo pero los campesinos sólo tienen acceso a 24 metros cúbicos, si a ellos se les suma qué la sequía extrema se registra desde hace tres años y de las tres ciclos definidos de lluvia que se tenían, ahora ni siquiera se alcanza a completar uno, el estrés de la planta se incrementa al cien por ciento destaca.
La lluvia limpia la planta de plagas y ante la falta de ésta se ha propagado la araña roja y el pinolillo, así como los pulgones, que afectan los sembradíos.
“Quién no está familiarizado con el campo piensa que los terrenos dejan una grande inversión de dinero, sin embargo en muchas ocasiones, sino es que en la mayoría apenas si salimos tablas”.
El campo ya no es lo que era antes
Sánchez Reyna asevera que hasta antes del 2017, el rendimiento que se tenía en maíz y frijol era superior, se cosechaban entre 18 y 19 toneladas por hectárea de maíz y entre 4 y 5 toneladas en forraje, lo mismo que en frijol. Sin embargo ahora este ha disminuido hasta en un 50%.
Actualmente una hectáreas de maíz tiene una producción de entre 11 y 12 toneladas y en frijol dos toneladas.
Con este rendimiento apenas se logra recuperar la inversión y un margen de ganancia mínimo explica, al considerar que una hectárea de terreno produce 12 toneladas de maíz y esta tiene un costo en el mercado de 8 mil , se tiene un una percepción de 96 mil pesos, sin embargo se invierten alrededor de 60 mil pesos.
Con ellos se tiene un margen de ganancia de 30 mil pesos para siete meses de trabajo. “Durante todo este tiempo se tuvo que invertir y estar a la expectativa del clima, para que al final por mucho tiempo de trabajo, se tenga una ganancia menor” lamenta.
Específica que tan sólo en semilla de maíz para una hectárea se requieren dos bultos que suman 7200 pesos; 1200 pesos en rastra, más 1700 en barbecho también se tiene que pagar las horas hombre, el fertilizante, el riego, la limpieza y la cosecha.
Esto ha llevado a que no solo se incremente la pobreza, sino que muchos campesinos decidan también arrendar sus terrenos o venderlos para buscar otro medio de subsistencia. La renta de un terreno permite a los ejidatarios tomar esa opción y tener un poco de dinero, sin arriesgar ningún capital.
Especifica que el campo ya no es lo que era antes, ya que las condiciones han cambiado tanto en la certificación de la tierra, nutrientes, condiciones climáticas y de contaminación
Avanza la sequía señala Conagua
En el reporte más reciente de la Comisión Nacional del Agua se señala que al 30 de septiembre, 12 municipios de esta entidad reportan una sequía excepcional entre estos se encuentra Atlapexco, Chapulhuacán, Huautla, Pisa Flores, Tlanchinol, Huejutla, Huazalingo, Jaltocán, y Lolotla.
27 tienen sequía extrema como son Progreso , Tepetitlán, Tezontepec, Tula, Mixquiahuala , Ixmiquilpan y Huichapan entre otros.
Cómo sequía severa hay 33, destacan Tepeji, Metztitlán, Atotonilco, Ajacuba, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan,. En sequía moderada se tiene 11 que son Almoloya, Huehuetla, Pachuca, Villa de Tezontepec y Tizayuca, y normalmente secos sólo uno que es Emiliano Zapata.