La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) inició una queja por el caso de Coamila y Rancho Nuevo, donde más de 100 habitantes de esta región Huasteca fueron desplazados por profesar una religión distinta a la católica.

Recientemente la Dirección de Asuntos Religiosos del Gobierno de Hidalgo dio a conocer con base en un censo que realizó el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) que 151 evangélicos estaban viviendo en un auditorio del municipio de Huejutla situado en la colonia Colalambre.

Este lugar se sitúa a unos 30 minutos de distancia de Coamila y Rancho Nuevo, lugares de origen que los evangelistas abandonaron desde abril de este año luego de ser desplazados por ser integrantes de la Iglesia Bautista Fundamental La Gran Comisión.

Tanto autoridades municipales como estatales y del gobierno federal sostienen diálogos con los pobladores de las dos comunidades desde el 29 de julio para mediar el asunto; por su parte, Derechos Humanos de Hidalgo informó que también tiene un expediente abierto.

El organismo autónomo indicó que la queja no fue de oficio, sino que se inició a petición porque una de las dos partes involucradas acudió para señalar vulneraciones a sus derechos; sin embargo, esta Comisión a cargo de Ana Karen Parra Bonilla omitió proporcionar más detalles del asunto bajo el argumento de que el análisis del expediente está en integración.

El conflicto entre los católicos y evangelistas de estas dos localidades de Huejutla data desde hace más de 10 años; sin embargo, hace cuatro meses escaló hasta llegar con el desplazamiento de los más de 100 fieles de la iglesia Bautista que se negaron a pagar faenas relativas a labores de la iglesia católica.

Antes de ser desterrados, les suspendieron servicios básicos como luz y agua, pero están en proceso los diálogos para que los evangélicos regresen a sus hogares previo al pago de sus cuotas.

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