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Con semanas de anticipación, las familias de la región de Ixmiquilpan y municipios aledaños se preparan para recibir a sus familiares fallecidos este 1 y 2 de noviembre.
Con alegría, desde los más pequeños hasta los más grandes participan en la colocación del altar y ofrenda. Para los habitantes del municipio que es cuna del Valle del Mezquital la celebración en estas fechas son una oportunidad de reunirse.
Pan de muerto, camote en dulce, calabaza en tacha, atole, pulque, fruta, mole, salsa de molcajete y otros platillos, además de agua, sal, copal e incienso, veladoras, papel picado, calaveritas, flores de cempasúchil y fotografías de las personas fallecidas son parte de los elementos que se colocar en el altar para los Fieles Difuntos y Todos los Santos (1º y 2º de noviembre respectivamente).
Desde el 31 de octubre se espera a los más pequeños, los niños fallecidos lleguen a visitar a los vivos; mientras que el 1º de noviembre se reciben a los difuntos que fallecieron en edad adulta.
Las veladoras se encienden, y un camino con pétalos y flores marca el paso por dónde entrarán los seres esperados, algunas familias reciben a sus difuntos con alabanzas entonadas por un rezandero en la tarde-noche.
El 2 de noviembre, las familias se reúnen en el panteón para colocar flores de cempasúchil, mano de león, nube blanca y rosa en la tumba de sus seres queridos. Algunas llevan comida para convivir ahí, al término de la misa.
Finalmente, los pobladores comparten lo colocado en su ofrenda con sus vecinos, haciendo un intercambio.