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“Ya huele a Xantolo” es la frase de los huastecos que esperan con ansias la llegada de la fiesta más grande de la Huasteca, después de una larga espera esta zona se llena con aroma de copal, flor, chocolate y de incienso que dan paso a la Fiesta Grande o Fiesta de Los Muertos El Milkailjuitl.
Con la apertura de los cielos el 29 de septiembre, Día de San Miguel Arcangel, "comienza el Xantolo", se abren las puertas del Mictlán (Mundo de los Muertos) y las almas comienzan a llegar al mundo de los vivos, el misticismo aparece y la tradición comienza, llegó el día anhelado por todas las almas, es momento de que hagan un breve regreso a casa con sus seres queridos.
Es así como las familias se preparan para recibir a sus queridos que vienen desde el inframundo para llegar a sus hogares, en esta espera en las casas se preparan platillos y bebidas especiales gustos favoritos de los fieles difuntos, con el objetivo de que los visitantes se conduzcan hasta los que fueron sus hogares a través del camino guiado de flor de Cempaxúchitl, camino que es marcado en cada hogar como señal de que esperan con ansias la llegada de sus difuntos.
Es así como se da paso al regreso de las almas desde los más pequeños que se esperan el 31 de octubre llamado también Día de Los Angelitos, este día es dedicado a los niños chiquitos o angelitos y se hace la primera ofrenda dedicada a los niños.
Las almas de los angelitos llegan al arco a disfrutar de la ofrenda que se ha preparado especialmente para ellos, que consiste en comida blanca o sea sin picante, además chocolate casero, pan de muerto, frutas de temporada, dulces, galletas y golosinas.
En algunos lugares les ofrendan juguetes, ropita y zapatitos. El humo y el olor del copal, sale de los copaleros para purificar las almas.
Una vez hecha la ofrenda, se acompaña a comer a las almas de los angelitos, se convive y se platica con ellos.
Para el 1 de noviembre , día de los muertos adultos, se prenden las velas y se ofrenda chocolate, pan de muerto y tamales. Al medio día, los familiares hacen un caminito con pétalos de flores de cempaxúchitl, olorosas y de llamativos colores, desde la calle hasta donde está el arco, para guiar a las almas de los adultos y no se pierdan.
Se encienden las velas grandes a las 12 del día, al repique de las campanas de la iglesia y el tronar de los cohetes y se despide a los chiquitos o angelitos y llegan al altar, las almas de los adultos a disfrutar de las ofrendas .
En la mañana del 2 de noviembre se hace la ofrenda, con tamales chocolate y pan de muerto. A las 12 del día, se celebra una misa en el panteón de Huejutla, en donde se pide por su eterno descanso. En las comunidades se despide a los difuntos el día 3 de noviembre.
Además se reza por la "anima sola", esta antigua y bondadosa tradición de Huejutla, se hace para las almas de los difuntos que no tienen familiares que les ofrenden y festejen.
Es así como transcurre dicha celebración donde al culminar todo es paz en los hogares al volver a convivir con sus seres queridos fallecidos, a la espera del próximo año volver con el ritual del Xantolo.
