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En medio de la tranquilidad que ofrece la presa de La Estanzuela, ubicada en Mineral del Chico, Diana Hernández y Floriberto San Juan, residentes de La Calera, municipio de Mineral de la Reforma, encontraron nuevamente el escenario ideal para disfrutar de su pasatiempo favorito: la pesca.
Tras varios meses de sequía que azotó a la entidad hidalguense, la pareja celebró la llegada de las lluvias traídas por la tormenta tropical 'Chris', que lograron revitalizar el cuerpo de agua y permitir el regreso de los peces.
“Por mayo venimos y no había nada de agua, estaba totalmente seco pero pues ya con las lluvias se llenó un poquito”, comentó Floriberto, quien junto a Diana, sus dos hijos y una atarraya de 200 pesos, se adentraron en la Comarca Minera con grandes expectativas.
Originarios de Calnali, lugar conocido por su cultura pesquera, Diana y Floriberto crecieron rodeados de ríos y desde pequeños aprendieron a conseguir su alimento. Después de 17 años viviendo en la Zona Metropolitana, encontraron en La Estanzuela un refugio para transmitir a sus hijos esta tradición familiar.
Esta semana, la familia San Juan Hernández dedicó alrededor de cuatro horas a lanzar su red en la presa, logrando una captura de dos kilos de carpa. Con la satisfacción de haber retomado su actividad favorita, Diana relató cómo disfrutarán su pesca: “De donde somos se acostumbra a comer la mojarrilla sola con una salsa y tortillas, nada más”.
Sin embargo, su visita también dejó en evidencia un problema persistente: la basura arrastrada por el líquido pluvial. Bolsas y botellas plásticas eran parte del paisaje que encontraron en La Estanzuela.
Diana resaltó que este 2024 las olas de calor fueron más intensas que en años anteriores, lo que agravó la sequía y provocó desabasto de agua en su colonia.
“Que bueno que el agüita ya nos cayó porque si hacía falta, inclusive aunque en Mineral tenemos los pozos cerca nos llegaba el agua dos veces a la semana y si lo padecimos, pero con la venida de la lluvia ya nos estamos estabilizando un poco”, concluyó.
La revitalización de La Estanzuela no solo representa un alivio para los ecosistemas locales, sino también un espacio de reencuentro con la naturaleza y las tradiciones familiares para quienes, como la familia San Juan Hernández, encuentran en sus aguas un respiro de la rutina citadina.
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