En una detallada explicación el profesor Pablo Flores Martínez, indicó que es un error decir festejo de Xantolo o de Todos los Santos, ya que dicha expresión proviene de los frailes;, la verdadera fiesta en la huasteca es Fiesta de Muertos o Mijkailuitl.
“Es un error que se pretenda rescatar la tradición con catrinas disfrazadas las cuales no entran en la cultura de la huasteca, y solo confunden a la población”, indicó el docente.
Las festividades dedicadas a la memoria de los fieles difuntos han adquirido inusitado esplendor en nuestro país a partir del siglo XVI, pues la ofrenda alimenticia hecha anualmente para las ánimas; esa costumbre fue adoptada por los conquistadores españoles y se arraigó en las ciudades y el medio rural de Mesoamérica, especialmente en la población originaria, aunque también en el medio citadino con menor frecuencia y ostentación.
Este arraigo tuvo lugar especialmente en la zona noreste del país, donde se ubica la Huasteca y hoy se vive en seis estados del país.
La palabra Xantolo fue adoptada por la cultura náhuatl en su idioma, se deriva directamente del latín: “Festum Omnium Sanctorum”, que significa La Fiesta de Todos los Santos.
En Mesoamérica se acostumbraba la fiesta del Mijkailuitl que significa Fiesta de los Muertos; los españoles intentaron desterrar la celebración por el arraigo que tenía e intentaron imponer La Fiesta de Todos los Santos.
El término Mijkailuitl, es utilizado en la lengua náhuatl para venerar y recordar a los difuntos quienes se encuentran en el Mictlán o lugar de todos los muertos, donde el dios Mictlantecuhtli otorga una vez al año permiso para que los espíritus regresen a la tierra a visitar a sus familiares y amigos.
Los muertos que vienen de arriba, del Semijkayotl o eternidad, desde donde viajan las ánimas al mundo terrenal, se guían por el olor de comida o por el humo de los sahumerios de copal.
Las fiestas del Xantolo ponen fin a las actividades agrícolas, cosechas del campo como el maíz, fríjol, chile, flores, la crianza de animales como cerdos y gallinas y la elaboración de artesanías.
Estas actividades originan el comercio en los tianguis que se realiza un domingo antes a la fiesta, llamada plaza o domingo grande; dichas acciones nos permiten entender la visión de los pueblos originarios acerca de la vida y la muerte, ya que el nacer o morir es motivo de celebración.
Los pobladores de la Huasteca Hidalguense compran flores, velas, incienso, cohetes, ingredientes para preparar la comida, aguardiente, cervezas, refrescos; quienes no molieron cacao compran chocolate y carne de res o cerdo. Todo para elaborar platillos que ofrecen a las ánimas.
Se acostumbra a elaborar dos tipos de tamales, uno llamado tlapatlachtli, ixpepech o tlapepecholi y tamal grande de chachapali o de olla de barro, elaborado en Chililico, muy típicos en las comunidades de la huasteca, los tamales pueden contener carne de pollo, puerco o pavo.
Inicia la fiesta grande, comienza con el arreglo de los altares y es conocido como el día del tlachijchiualistli o día de los arcos, arreglos o flor, ya que en todos los lugares hay un mercado en donde se vende en abundancia las flores y otros productos que se utilizan para la elaboración de los arcos.
En este día se ofrendan alimentos para los difuntos que murieron de niños y que vienen de visita; son recibidos al mediodía con chocolate, café, pan, dulces, refrescos y comidas blancas sin picante; para recibirlos se hace un camino de pétalos de flor de sempoalxochitl que inicia desde algún punto de las casas o si es posible desde el camposanto
El sonido potente del caracol marino rompe el silencio, para anunciar la salida de los muertos adultos, en algunos lugares se sustituye con un repique constante de campanas; este día los angelitos se despiden a las doce del día y se reciben a los nuevos visitantes con cohetes, copal, bebidas, frutas que están en los arcos y altares; en la ofrenda se colocan tamales, mole, bebidas, aguardiente, chocolate, café y todo lo que al ánima adulta le gustaba en vida.
La ofrenda se coloca al mediodía, la hora de la comida y a las ocho de la noche, en la cena, se riegan pétalos de flor de sempoalxochitl o flor de muerto para formar un camino hasta el altar de la casa para asegurar el encuentro con los habitantes de la casa.
Este día se realiza el intercambio de ofrendas desde muy temprano; consiste en llevar a vecinos, familiares, amigos o compadres, una canasta con tamales, chocolate, frutas y bebidas. Hay quienes lo hacen desde el 1 de noviembre.
El día es conocido como el Gran Tlamakaualistli o despedida; los familiares se reúnen en el panteón para realizar la última ofrenda. Por la noche se acostumbra a colocar en las calles o caminos una ofrenda con una vela prendida para el “Ánima Sola” que es tomada por los difuntos que pasen por ahí y merecen cariño y respeto.
Durante tres días de festividad en la Huasteca Hidalguense se observan grupos de jóvenes disfrazados con máscaras y algunos con ropa femenina, que bailan al son del violín, la quinta huapanguera y la jarana, esta es la fiesta original del Mijkailuitl,