Desde hace cinco meses, 176 evangelistas fueron desplazados de Coamila y Rancho Nuevo, comunidades que habitaban hasta que vecinos que profesan la religión católica los orillaron a salir de sus casas, las cuales se pretenden apropiar indebidamente ahora que están vacías.
Los protestantes siguen durmiendo en un auditorio municipal de la región Huasteca porque se incumplió el convenio del 19 de septiembre de 2024 que firmaron católicos, cristianos, autoridades municipales de Huejutla y de la Secretaría de Gobierno en la entidad.
En compañía de sus asesores legales y de la organización Impulso18 -que apoya a quienes enfrentan injusticias y defiende la libertad religiosa- los evangelistas explicaron que el pasado 7 de octubre intentaron regresar a la comunidad.
Lo anterior, debido a que en el acuerdo se estableció que todos los habitantes Coamila y Rancho Nuevo se comprometían a respetar el derecho de creencia religiosa.
Sin embargo, los integrantes de la Iglesia Bautista Fundamental La Gran Comisión desplazados desde hace más de 160 días, encontraron sus casas con candados.
Intentaron la reconexión de luz eléctrica, pero les cortaron los cables y machetearon los tinacos de agua de capacidad de mil 100 litros para almacenar agua. Por estos motivos, los evangelistas consideraron que no hay condiciones de seguridad para regresar a sus hogares.
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