Más Información
Antonio y su esposa Mari, son egresados de universidades tecnológicas asentadas en el Valle del Mezquital y mantienen el sueño de montar un negocio propio a partir de su sueldo, aunque a dos años de haber egresado, solo han alcanzado a tener empleos de media paga y en oficios distintos a su carrera.
Ahora van rumbo a la frontera, dentro del nuevo esquema de asilo que aseguran los nuevos “polleros”, que les habría de permitir al paso del tiempo, la residencia, empleo y todos los beneficios que brinda ese gobierno.
Escuchar las bondades del viaje y sus resultados a corto plazo, motivó a Mari por su lado a conseguir entre sus familiares, que habitan una de las comunidades del norte de Ixmiquilpan, distintas cantidades hasta completar los 8 mil dólares pedidos por el “pollero”.
Algo semejante hizo Antonio, al vender su moto, una cosecha de maíz, algunas pacas de forraje incluyendo un préstamo de su padre que es agricultor y que alguna vez también recorrió los campos de cultivo en Estados Unidos.
En su quinto día de viaje, que tendrían hoy lunes, poco o nada sabe la familia, sin embargo, se sienten confiados que alcanzaran el asilo político.
Los “polleros”, ahora envían a sus clientes en avión a cualquier ciudad fronteriza en donde son esperados por “amigos” que los cruzan en la línea amparados con un documento supuestamente emitido por el gobierno estadounidense. Los “polleros”, --identificados como los licenciados Sánchez y Santos— fueron contactados por el joven matrimonio a partir de anuncios insertados en grupos de Facebook.
Llevan instrucciones de mantenerse atentos, al juez quien los citará en aproximadamente cuarenta días, para que expliquen que vivían en condiciones “prácticamente de guerra” por el huachicol y así lograr el beneficio. Deberían memorizar eventos de amenazas a la familia, de persecuciones y de una falta de apoyo de las autoridades locales.
En todo momento, los “polleros” advierten que todo depende de la credibilidad de su historia, porque de otra manera, serán regresados o encarcelados en calidad de indocumentados.
La ilusión de Mari y Antonio, --soportada por el pago de 16 mil dólares, algo así como 273 mil 120 pesos--, será posible por su calidad histriónica ante un juzgado estadounidense.