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Eran las 3:30 de la madrugada cuando el teléfono de casa de una familia sonó. Debido a la hora los dueños de la vivienda se alertaron y aun medio dormidos levantaron el auricular.
“Hija, hija, ayúdame, tienen a tu hermano amarrado, se metieron a la casa unos hombres”, decía la voz de una mujer mayor.
La dueña de la casa aún somnolienta y alertada, no comprendía claramente lo que pasaba, pero empezó a llorar mientras del otro lado de la línea un hombre con tono amenazante le pedía dinero a cambio de no matar a sus familiares.
El esposo de la mujer tomó el teléfono e intentó enterarse de lo que pasaba, por lo que escuchó cuando el desconocido entre groserías le preguntaba con cuánto dinero contaba en ese momento, pero el esposo al darse cuenta de que era una extorsión, colgó el auricular.
Para asegurarse que sus familiares estaban sanos y salvos decidió marcarles a sus casa a esa hora de la madrugada. Tras varios minutos de intentos finalmente le contestaron y pudieron saber que estaban bien.
Pese a que ya no había una amenaza aparente, la familia, a la mañana siguiente decidió denunciar la extorsión, por lo que se comunicaron al 089 para hacer la denuncia del número telefónico.
Tras atender las instrucciones del operador y proporcionar los datos que era de manera confidencial, supieron que el número por el que les llamaron ya tenía tres denuncias más por extorsiones.
Con las medidas de seguridad y recomendaciones, la familia bloqueó el número de los extorsionadores mientras que las autoridades rastrean el número para poder ubicar a los delincuentes.
Las autoridades recomiendan que ante un caso de extorsión, lo primero es mantener la calma, luego colgar y no entablar plática con los sujetos, además comunicarse con sus familiares para cerciorarse que están con bien y por último denunciar el crimen.
