El pasado martes 12 de diciembre, mientras el país celebraba los festejos guadalupanos, se iluminó una fascinante conexión entre estas festividades y uno de los cerros más enigmáticos de Hidalgo: el Xicuco.

Esta peculiar elevación cónica, erguida a unos 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar, se yergue en el sur del Valle del Mezquital, específicamente en el municipio de Tezontepec de Aldama. Su nombre, que significa "Lugar del ombligo", no solo alude a su forma distintiva sino que remite a su significado simbólico arraigado en la historia prehispánica de la región.

Cerro de Hidalgo fue la inspiración para la edificación de la Basílica de Guadalupe | Foto: Wikimedia Commons
Cerro de Hidalgo fue la inspiración para la edificación de la Basílica de Guadalupe | Foto: Wikimedia Commons

El cerro del Xicuco, más que una prominente formación geográfica, es un crisol de leyendas e historias que encantan a los habitantes de la zona. Entre estas narrativas, destaca una de notable relevancia: la presunta influencia que este monte tuvo en el diseño de la cúpula de la Basílica de Guadalupe, el santuario mariano más visitado del mundo, a manos del reconocido arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez.

Según se cuenta, Ramírez Vázquez halló inspiración en la silueta del Xicuco para dar forma a la cúpula emblemática de la Basílica de Guadalupe, ubicada en la Ciudad de México. El relato sugiere que el arquitecto solicitó la colaboración de Gutierre Tibón, renombrado autor del libro "El ombligo como centro cósmico", para encontrar una figura sagrada prehispánica que sirviera como base para su diseño arquitectónico.

Cerro de Hidalgo fue la inspiración para la edificación de la Basílica de Guadalupe | Foto: Wikimedia Commons
Cerro de Hidalgo fue la inspiración para la edificación de la Basílica de Guadalupe | Foto: Wikimedia Commons

El erudito Tibón, conocedor profundo de la significancia sagrada que el Xicuco ostentaba para los pueblos originarios de la región, concluyó que la Basílica adoptara la forma emblemática de este cerro hidalguense. Este acto de inspiración y respeto hacia la herencia cultural prehispánica definió una amalgama de identidad en el diseño arquitectónico de La Villita, estableciendo un puente entre la historia ancestral y la modernidad arquitectónica.

Cabe destacar que el Xicuco, es visible desde diversas localidades de Hidalgo como Tula, Tlaxcoapan, Tlahuelilpan, Atitalaquia, así como desde autopistas como el Arco Norte.

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