Amparadas con el silencio otorgado por el Instituto Nacional de Transparencia (INAI), las empresas IROL Corporativo y Conaisa SA de CV realizan el revestimiento y rectificación del Río Tula de manera errática y con esquemas poco explicados, según vecinos de la margen de ese afluente.
La vida cotidiana de gran parte de unas seis colonias se ha visto alteradas, no sólo por las obras, sino por las modificaciones que hacen del equipamiento urbano. “Están haciendo las bardas de contención en la zona equivocada, y lo decimos porque nosotros vivimos y conocimos en donde fue el desbordamiento”, explican.
Camiones de materiales son arrojados en la afluente del Río Tula, como lo muestran en videos, mientras otros trabajos de mitigación de riesgo como coladeras en las calles no son propias para zonas urbanas.
Agrupados en organizaciones, mediante grupos de WhatsApp mantienen los vecinos una constante comunicación tanto para denunciar como de alerta ante posibles crecimientos del caudal del río que el 20 de septiembre del 2021 provocará la mayor desgracia en los últimos 40 años.
Los contratos, por razones burocráticas y de juicios en la Sala Regional Sureste del Tribunal federal de Justicia Administrativa, lograron operar en la opacidad, al lograr que el INAI decidiera que los trabajos se realizan sin ninguna transparencia, al decretar silencio hasta el 2028.
Esta circunstancia legal, impide que los vecinos conozcan a ciencia cierta cual es la situación de estos trabajos que podrían alcanzar el costo de 900 millones de pesos en total opacidad. Razón por la cual han solicitado la intervención de la Auditoría Superior de la Federación para que se logre transparentar tiempos y costos.
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