Solo el 1.7% de la población en Acaxochitlán no es considerada pobre ni vulnerable, es decir, uno de cada diez no enfrenta condiciones adversas para garantizar su subsistencia y cuenta con lo necesario para su bienestar.
Si bien la población indígena está asociada a mayores niveles de precariedad que el resto de la población e históricamente ha sido uno de los grupos poblacionales que enfrenta mayores rezagos sociales y económicos, en 2020, poco más de 9.6 millones de personas indígenas estaban en esta condición en el país y Acaxochitlán no es la excepción.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) el 80.1 por ciento de los acaxochitecos (en el 2020) vivían en la pobreza, es decir, 38 mil 626 personas, de estas 13 mil 748 se ubicaron en pobreza extrema y 24 mil 878 en pobreza moderada.
Las estadísticas que son de acceso al público refieren que del total de la población solo 1.7 por ciento no se encuentran en el rubro de la pobreza y tampoco cuentan con alguna vulnerabilidad por carencia social o económica, mucho menos de vivienda.
La pobreza en México contempla varias vertientes para quienes la padecen, entre ellas, rezago educativo, acceso a salud, seguridad social, vivienda, alimentación e ingresos. En este sentido, Acaxochitlán presenta porcentajes arriba del promedio en algunos rubros como en el de seguridad social, el de servicios básicos en la vivienda, y el más preocupante, el alimentario.
El rezago educativo se presenta en el 33.2 por ciento de la población, mientras que el 20.7 por ciento carece de acceso a servicios de salud y el 88.8 por ciento no cuenta con seguridad social, mientras que el 50 por ciento de los censados carece de acceso a servicios básicos de vivienda y 45.9 a la alimentación.
El 31 por ciento de la población en edad laboral cuenta con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingreso, que para este 2024 es de prácticamente tres mil 252.32 pesos al mes, lo que conlleva el no poder contar con lo necesario para el sustento diario y enfrentar el tema de la pobreza alimentaria, que es sin duda la más lacerante.