No sólo es responsabilidad de las abejas. La producción de miel en Hidalgo también es cosa de hormigas. A este tipo de insectos se les conoce como vinguinas o vinitos, pues recolectan el néctar de las flores y lo depositan en su abdomen, el cual crece hasta alcanzar el tamaño de una uva. En el náhuatl se les conoce como necuázcatl que significa portadoras.
Según investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la hormiga mielera (Myrmecystus mexicanus) puede encontrarse en estados como San Luis Potosí, Tlaxcala, Estado de México, Oaxaca e Hidalgo, en zonas secas y cálidas. Las vinguinas son hormigas estériles que pasan la mayor parte de su vida inmóviles al interior de los nidos donde funcionan como tanques de almacenamiento de miel que reciben de las hormigas obreras.
Permanecen sin movimiento por las dimensiones que alcanza su abdomen, el cual es hasta 50 veces mayor al resto de su cuerpo. Por eso su función es almacenar néctar para alimentar a las crías durante temporadas de sequía.
Alejandra Monserrat García Díaz, bióloga por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, explicó que las hormigas mieleras ingresan a su estómago una sustancia conocida como ligamaza y que se obtiene del néctar de las plantas e incluso de otro insecto, los pulgones, los cuales no pueden almacenar mucha azúcar en su cuerpo, por lo que tienen a expulsarlo y las hormigas recolectan la sustancia.
En entrevista con El Universal Hidalgo, señaló que la miel de las vinguinas se consume desde tiempos prehispánicos, pues además de que se han detectado propiedades medicinales, la miel contiene azúcares y proteínas. Para extraer la miel, el resto de las hormigas utilizan sus antenas. Presionan el abdomen de las vinguinas y así consiguen que gota tras gota, se vaya liberando la sustancia que tiene un sabor a vino, aunque a veces puede ser agridulce.
La especialista alertó que la población de las hormigas mieleras ha disminuido en los últimos años debido al cambio climático, pero también por el incremento de construcciones, lo que ha contribuido a la afectación del hábitat de las vinguinas.
La señora Herlinda Vargas Pérez tiene 87 años y todos los días viaja desde Santiago de Anaya para traer sus productos al mercado Benito Juárez de Pachuca. Señaló que la hormiga mielera se ha extinguido en su región, pues la creencia popular afirma que la miel tiene propiedades curativas y eso hace que sean muy buscadas para el consumo.
Debido a la escasez, el costo de las hormigas con el abdomen cargado de miel aumentó significativamente, según el testimonio de Vargas Pérez, pues antes del 2018, una docena de vinguinas costaba entre 15 y 20 pesos, pero ahora supera los 35 pesos e incluso alcanza los 300 pesos si se compra una penca que trae entre 5 y 6 docenas del insecto.
Algunas recomendaciones que dan campesinos es que para evitar matar a las hormigas, es recomendable exprimir el abdomen para extraerles la miel y evitar matarlas y que puedan seguir recolectando más néctar.
Existen diferentes tipos de vinguinas y según el color de su néctar depende el sabor que tienen, pues esto depende de los frutos o flores con que se alimentan los insectos.
Existen cuatro tonalidades con su respectivo sabor, el color ámbar (sabor a tepache), color intermedio (vino tinto), oscura (vino tinto fuerte), y vientre gris, conocidas como “pulque” (sabor insípido).
Esta miel es consumida como golosina, endulzante de postres o bebidas y es muy estimada por las familias.
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