Esta semana se publicó el informe 2024 del Latinobarómetro, un estudio de opinión pública sobre la democracia, la economía y la sociedad en su conjunto, que se aplica anualmente en 18 países de América Latina, representando a más de 600 millones de habitantes. El estudio es llevado a cabo por la Corporación Latinobarómetro, una organización sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile.

Con los nuevos datos del Latinobarómetro, es menester hacer nuevos análisis de las percepciones ciudadanas hacia la democracia en México. Lo primero que hay que aclarar es que este informe 2024 está elaborado con datos levantados de manera previa a la elección presidencial y a la aprobación de las grandes reformas que impactarán a la democracia en su conjunto.

La satisfacción con la democracia muestra un importante ascenso respecto a ediciones anteriores del estudio, llegando a un 50% de personas satisfechas, lo que representa un aumento del 13% respecto a 2023. En el mismo sentido, el 49% considera que la democracia es preferible sobre otros sistemas políticos, con un aumento del 14% respecto a 2023. Igualmente, sólo el 24% preferiría que les gobierne un régimen autoritario que uno democrático, aunque al mismo tiempo un 57% no tiene inconveniente en que el gobierno no fuera democrático, siempre y cuando resuelva los problemas nacionales. En pocas palabras, se observa un aumento generalizado en la convicción de las y los mexicanos por la democracia, aunque una cantidad importante (más de la mitad) prefiere que el gobierno resuelva problemas antes que ser democrático.

Estos datos contrastan con los resultados 2023 del Índice de Democracia 2023 (Democracy Index) elaborado por la Unidad de Inteligencia del diario norteamericano The Economist. Este índice coloca a los regímenes políticos en alguna de las siguientes categorías: democracia plena, democracia defectuosa, régimen híbrido o régimen autoritario. Lo hace a partir de analizar el estado del arte en cinco aspectos en cada país: 1) proceso electoral y pluralismo, 2) funcionamiento del gobierno, 3) participación política, 4) cultura política democrática y 5) libertades civiles. Pues bien, en este índice México está colocado como un régimen híbrido, con una puntuación de 5 puntos de 10 posibles, en la posición 90 de 167 países analizados.

Los datos del Índice de Democracia corresponden a 2023 y se espera que el informe de 2024 se publique en mayo de este año. Es probable que en ese próximo informe los resultados aún no reflejen las implicaciones de las reformas aprobadas en el último trimestre de 2024, particularmente la referente al Poder Judicial y a la extinción de órganos autónomos del Estado. Lo lógico sería que estas reformas impacten negativamente al Índice de Democracia, pero realmente habrá que esperar a ver sus resultados palpables.

Una mayoría de la población mexicana ha dado un importante voto de confianza a sus autoridades actuales y será de gran importancia que los grandes cambios que se han impulsado respondan a esas expectativas y, sobre todo, que la gente perciba que sus problemas están siendo resueltos.

Comisionado presidente del INAI

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