En estas fechas navideñas, el ambiente se llena de un espíritu especial, un llamado a la esperanza, la unidad y la renovación. En medio de luces que iluminan nuestros hogares y corazones, también es momento de reflexionar sobre los retos que enfrentamos como sociedad y el papel que cada una y cada uno de nosotros juega en la construcción de un mejor futuro.
Para quienes hemos trabajado incansablemente en el INAI, este año ha sido particularmente desafiante. La sombra de la extinción de nuestra institución no solo representó un obstáculo operativo, sino también una amenaza a los derechos fundamentales que hemos protegido con esmero: el de acceso a la información y el de la protección de los datos personales. Sin embargo, así como el mensaje navideño nos invita a creer en la luz que vence a la oscuridad, hoy reafirmamos nuestra fe en los principios que dan sentido a nuestra labor.
La Navidad es, en esencia, un recordatorio de que la esperanza siempre encuentra un camino. De igual forma, el valor de la transparencia trasciende las estructuras formales de una institución. Es un principio que vive en cada ciudadana y ciudadano que exige respuestas, que busca justicia y que cree en la rendición de cuentas como un pilar de la democracia. Es también un acto de fe en que la verdad prevalecerá, incluso cuando las circunstancias parecen adversas.
A lo largo de nuestra historia reciente, el INAI ha sido más que un garante de derechos; ha sido un puente entre la sociedad y el gobierno, promoviendo un diálogo basado en la confianza y el respeto mutuo. Al igual que la estrella de Belén guió a los Reyes Magos hacia un nuevo inicio, como señala la tradición cristiana, la transparencia ha sido y seguirá siendo una luz de guía para nuestra nación, marcando el camino hacia una convivencia más justa y equitativa.
Hoy, la sociedad mexicana enfrenta el reto de defender estos valores esenciales desde todos los espacios posibles. Las lecciones del pasado nos enseñan que la ciudadanía unida y que participa activamente en los asuntos públicos es la que tiene el mayor poder para superar cualquier adversidad. Como el espíritu navideño reúne a las familias en torno al amor y la generosidad, también debemos unirnos como nación para proteger los derechos que hemos conquistado con tanto esfuerzo.
En este contexto, invito a cada persona lectora a reflexionar sobre el papel que podemos desempeñar en esta causa común. Que esta Navidad sea una oportunidad para renovar nuestra fe en los principios democráticos y para comprometernos, una vez más, con la construcción de un país donde la transparencia y la protección de datos sean derechos ineludibles e inalienables.
La luz de la Navidad nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay razones para creer en un futuro mejor. Que este espíritu de esperanza guíe nuestras acciones y nos inspire a seguir trabajando por una sociedad más transparente, justa y solidaria. Desde el INAI, les extendemos nuestros mejores deseos para estas fiestas: que la esperanza, la paz y la solidaridad iluminen sus hogares y corazones, y que el próximo año traiga nuevas oportunidades para fortalecer nuestra democracia, construir puentes de diálogo y avanzar hacia un país más justo y equitativo.
¡Felices fiestas y próspero año nuevo!
Comisionado Presidente del INAI
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