La escasez de agua es un problema global que afecta desproporcionadamente a las mujeres, quienes frecuentemente tienen la responsabilidad principal de gestionar el suministro de agua en los hogares. Este artículo aborda cómo esta carga impacta a las mujeres no solo en áreas rurales, sino también en entornos urbanos y semiurbanos, y propone soluciones centradas en las mujeres para abordar esta problemática.
En cuanto a los problemas no se tiene que ir muy lejos, en barrios y colonias de Pachuca a menudo, la infraestructura inadecuada en ciudades conduce a un suministro de agua intermitente, lo que obliga a las mujeres a almacenar agua o esperar horas impredecibles para acceder a ella, afectando su capacidad para trabajar o estudiar.
En las ciudades, el costo del agua puede ser una carga financiera significativa para las familias de bajos ingresos, con las mujeres gestionando cómo se distribuyen estos recursos limitados.
En cuanto a la salud los problemas de contaminación del agua son graves en áreas urbanas densamente pobladas, lo que incrementa el estrés de las mujeres al tratar de gestionar la salud de la familia ante la falta de acceso a agua potable.
Así que sería importante ampliar el rol de las mujeres en la gestión del agua, que sean incluidas en la toma de decisiones. Es crucial incluir a las mujeres en la planificación urbana y en las políticas de infraestructura de agua para asegurar que sus necesidades y desafíos sean considerados.
Empoderar a las mujeres para que asuman roles de liderazgo en los comités de gestión del agua en los municipios puede garantizar que sus perspectivas influyan directamente en las estrategias comunitarias.
Claro que también se incluyen las oportunidades de educación y empleo. Es ofrecer a las mujeres educación y oportunidades profesionales en campos relacionados con el agua para que las ayude a impactar en la gestión del agua a mayor escala y en el desarrollo de políticas.
Un punto importante y que se ve en las casas pero que no es “oficial” es el rol de las mujeres en posiciones en la toma de decisiones relacionadas con el agua puede desafiar los roles de género tradicionales y promover una mayor igualdad dentro de la comunidad, y que se nota cuando las mujeres acarrean el agua o la almacenan.
Desarrollo Económico: Las mujeres menos agobiadas por la recolección de agua pueden participar más plenamente en la fuerza laboral, contribuyendo al desarrollo económico.
Algo más es asegurar que las mujeres tengan voz en la gestión del agua para conducir a una mejor gestión de la salud familiar y reducir la incidencia de enfermedades transmitidas por el agua. En este punto también es muy clara la participación de las mujeres.
Y como ya se ha dicho. La escasez del agua en este tiempo ya es una realidad. La problemática es mayor.
Recordemos que cada quien tiene la responsabilidad de cuidar el agua que cae de la llave para uso personal, o la que fue almacenada y que tiene que alcanzar para todas las personas que habitan el hogar.
Lo cierto es que… Centrar a las mujeres en las soluciones a la escasez de agua no solo aborda las necesidades prácticas inmediatas, sino que también promueve beneficios sociales más amplios, contribuyendo al bienestar de toda la comunidad y fomentando sociedades más equitativas.
X@AidaSuarezCh