The Washington Post dio a conocer en días pasados, que el republicano Donald Trump solicitó a empresarios petroleros donar mil millones de dólares para su campaña y a cambio quitará, en caso de regresar a la Casa Blanca, algunas regulaciones ambientales que afectan los intereses económicos de esta industria.

Tal aseveración no es difícil de creer, debido a que Trump adoptó una postura escéptica sobre el cambio climático durante su mandato, calificándolo en ocasiones como un "engaño" y promoviendo políticas que favorecían a las industrias relacionadas con los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón.

Si desde 2017, Donald Trump no hubiera atacado las políticas ambientales, es posible que Estados Unidos y el mundo hubieran experimentado avances significativos en la acción climática y la protección ambiental, lo que habría tenido beneficios tanto a nivel nacional como global; sin embargo, el daño ya está hecho.

Todos los días se experimentan altas temperaturas nunca antes vistas en la historia de México; según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) durante los últimos 50 años, las temperaturas promedio en el país han aumentado aproximadamente 0.85°C por encima de la norma climatológica. Esta información es equivalente a lo reportado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Y se espera que este incremento continúe, con proyecciones que sugieren un aumento de 1.5°C a 2°C en el norte del territorio entre 2015 y 2039. Lo que tendrá un impacto significativo en la sociedad como se conoce, pues la vida será insostenible en algunas regiones del planeta, y aunque la vida siempre se adapta, si no se aplican políticas ambientales y hacemos conciencia sobre el cambio climático, tendremos riesgo para la biodiversidad, derretimiento de glaciares y capas de hielo, aumento del nivel del mar, impacto en la agricultura y la seguridad alimentaria, entre muchos otros factores.

El impacto ambiental es un tema que deben resolverse a nivel mundial, iniciando por las potencias mundiales, desde lo global se deben implementar políticas que beneficien el futuro de la humanidad, de ahí la importancia de analizar las propuestas que Donald Trump realiza desde su campaña, porque si continua con la idea de eliminar las regulaciones ambientales que afecta no sólo a los Estados Unidos, sino al mundo entero. Esta postura es preocupante y genera una serie de interrogantes éticas y ambientales.

Es momento de cuestionar si ¿Es aceptable poner en riesgo el futuro del planeta y de las generaciones futuras por el beneficio de unos pocos? y ¿Qué tipo de legado queremos para las futuras generaciones?

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