El dos de junio, millones de mexicanos votaron por continuar la transformación de México, con el mandato de que todo el poder público emana del pueblo y se instituye para su beneficio, los cargos públicos los deben tener aquellos que elija su pueblo en procesos de selección, con adecuados perfiles profesionales, reglas claras y simples al alcance de aspirantes, fuera de toda discrecionalidad.

En esta ruta, la transformación de la vida pública alcanzó al Poder Judicial de la Federación y a los poderes judiciales de los Estados, encargados de administrar la justicia, resolver conflictos y proteger los derechos humanos; se materializó el quince de septiembre, fecha en que se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional para la elección popular de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito.

Así, el cuatro de noviembre, los Poderes Federales publicaron la convocatoria para la elección extraordinaria de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Magistrados de las Salas Superior y Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial, Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación.

La reforma judicial representa un gran reto para el sistema de impartición de justicia, así como una oportunidad para transformar y modernizar al Poder Judicial de la Federación, para que esté a la altura de los retos del país y de las demandas del pueblo, se busca que su conformación y actuación cuente con el respaldo y la legitimidad democrática necesaria para hacer valer sus decisiones con el propósito de que sus integrantes sean responsables de las decisiones que adopten frente a la sociedad y sean sensibles a los problemas que la afligen; esto permitirá que el Poder Judicial refleje la pluralidad cultural, social e ideológica que conforman la nación, para consolidar un pluralismo jurídico abierto, transparente, participativo, gratuito y con auténtica vocación de servicio público.

La transformación también implica el fortalecimiento de la carrera judicial, la paridad de género en juzgadoras y juzgadores, la lucha contra la corrupción y el histórico y escandaloso nepotismo, la refundación de la escuela judicial y la capacitación continua.

Tendremos oportunidad de elegir entre los abogados mexicanos que se preocuparon por su pueblo y que luchan por defender sus derechos contra un Poder Judicial antes inalcanzable y sordo, tal como en la comedia de Cantinflas basada en la novela de Cervantes, en la que "Un Quijote sin mancha" pelea contra la injusticia, hoy nos toca a los ciudadanos decidir quiénes serán nuestros nuevos defensores de la justicia; tres características fundamentales tendrán los elegidos que los legitimará: perfil profesional y experiencia comprobada en la inscripción, trabajo cercano y para el pueblo y reconocimiento que se expresará en el voto.

Al impulsar la democratización de la justicia y someter a los integrantes del Poder Judicial al voto popular, se garantiza que se representen las diferentes visiones que conforman a la sociedad mexicana, así, se logra que el acceso a una justicia pronta, expedita e imparcial sea una realidad y no solo un principio escrito, pero, sobre todo, se garantiza una justicia más cercana y humana, en manos de juzgadores profesionales, capacitados, empáticos y comprometidos con el cambio social, que sirvan al pueblo de México y no a intereses de clanes y familias.

En el Vigésimo Noveno Circuito, que comprende la circunscripción territorial de Hidalgo, se someten a elección popular cinco plazas de Magistrado de Circuito en materia mixta, dos plazas de Juez de Distrito en materia penal, dos plazas de Juez de Distrito en materia laboral y dos plazas de Juez de Distrito en competencia mixta.

La voluntad del pueblo será la que mande y el acceso a los cargos de justicia se dará con transparencia; en Hidalgo con Julio Menchaca, el proceso será en estricto apego a la norma, con la seguridad que la selección se realice por votación pública, pues en este gobierno se responde a un Estado de derecho, sin simulaciones ni acuerdos en lo oscurito.

Ahora, les toca a los ciudadanos hidalguenses analizar cuáles de sus paisanos abogados del pueblo, a lo largo de los años, se ganó su confianza o su repudio, sin campañas dispendiosas, solo con el toque casa por casa, redes sociales o el chisme social, se podrá reconocer a los mejores perfiles para ser Magistrados y Jueces de Distrito, y el próximo primero de junio, ejercer su derecho al voto para que continúe la transformación en el Estado de Hidalgo.

Vamos a votar por nuestros juzgadores para que no suceda lo de antaño, que los inocentes no votan porque son demasiado inocentes y los culpables no votan porque son demasiado culpables, los pobres no votan porque creen que no les afecta y los ricos no les afecta porque son demasiado ricos, los tontos no votan porque son demasiado tontos y los inteligentes no votan porque son demasiado inteligentes; por todo ello, sucedió y sucederá como antaño y sucederá siempre si no votamos, la transformación no se construye sola, ¡hagamos que suceda!.

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